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13 de julio de 2025 a las 20:05

Jota, ovacionado en Anfield: Emotivo regreso tras lesión.

El silencio en Deepdale era sobrecogedor. Un silencio que hablaba más que cualquier grito, que cualquier cántico. Un silencio que resonaba con el peso de la ausencia, con la incredulidad ante la tragedia que arrebató a Diogo Jota y a André Silva, dos jóvenes promesas del fútbol, de la vida. La imagen de los aficionados con los ojos cerrados, algunos con lágrimas contenidas, dibujaba un mosaico de dolor compartido, un homenaje espontáneo y sentido a la memoria del jugador que vistió la camiseta del Liverpool con el número 20.

"You’ll Never Walk Alone" resonaba en el estadio, un himno que en esta ocasión trascendía el fervor futbolístico para convertirse en un abrazo colectivo, en un mensaje de consuelo para la familia y amigos de Jota. La voz de la cantante, cargada de emoción, parecía flotar en el aire, envolviendo a cada uno de los presentes en un manto de tristeza y esperanza. Las banderas portuguesas ondeaban al compás de la música, un símbolo de la tierra que vio nacer a la estrella que ahora brillaba en otro firmamento.

El gesto del capitán del Preston, Ben Whiteman, al cruzar el campo con la corona de flores, fue un acto de profunda humanidad, un puente de respeto y solidaridad entre dos equipos rivales unidos por el dolor. La imagen de la corona depositada al borde del campo, ante la mirada atenta de los aficionados del Liverpool, se convirtió en un símbolo imborrable de esta jornada.

El minuto de silencio fue un momento eterno. Un minuto en el que el tiempo pareció detenerse, en el que el mundo del fútbol contuvo la respiración para rendir tributo a la memoria de Jota y Silva. Las caras de los jugadores, reflejando la conmoción y la tristeza, transmitían un mensaje de profunda pérdida.

La victoria del Liverpool por 1-3 ante el Preston, aunque importante, quedó relegada a un segundo plano. Los goles de Darwin Núñez y Cody Gakpo, acompañados de los emotivos homenajes a Jota, fueron la verdadera historia del partido. La celebración de Núñez, replicando el característico gesto de Jota, y el número 20 formado con las manos por Gakpo, fueron expresiones genuinas de cariño y admiración, un recordatorio de que el legado de Diogo Jota seguirá vivo en el corazón de sus compañeros y de la afición.

Más allá del resultado, este partido quedará grabado en la memoria colectiva como un tributo a la vida y a la fragilidad de la misma. Un recordatorio de que el fútbol, más allá de la rivalidad y la competición, es capaz de unir a las personas en momentos de dolor y de mostrar la cara más humana del deporte. Un día en el que el "You'll Never Walk Alone" resonó con más fuerza que nunca, convirtiéndose en un himno de esperanza y de recuerdo para Diogo Jota y André Silva. Una promesa de que, a pesar de la ausencia, su memoria seguirá viva en el corazón del Liverpool y del mundo del fútbol.

Fuente: El Heraldo de México