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13 de julio de 2025 a las 18:35

Envidia Fatal: Padre Mata a Hija Tenista

La tragedia ha teñido de luto el mundo del deporte indio. Radhika Yadav, una prometedora tenista en ascenso, fue brutalmente arrebatada de la vida el pasado 10 de julio. Cinco disparos, cuatro de ellos mortales, silenciaron para siempre el vibrante futuro que se extendía ante ella. Un acto de violencia inimaginable, un feminicidio que ha conmocionado a la nación y ha desatado una ola de indignación en las redes sociales. Lo más desgarrador, lo más inconcebible, es que el principal sospechoso de este crimen atroz es su propio padre, Deepak Yadav.

La voz que clama justicia por Radhika es la de su amiga de la infancia, Himaanshika Singh Rajput. A través de un emotivo video compartido en Instagram, Himaanshika no solo llora la pérdida de su amiga, sino que también expone el infierno que Radhika vivía en su propio hogar. Un infierno construido con los ladrillos de la envidia, el control y la humillación. Himaanshika relata cómo el padre de Radhika, obsesionado con la idea de ser percibido como un "mantenido" por su comunidad, le hacía la vida imposible a su hija. Las críticas constantes, el control asfixiante, la presión para abandonar su carrera, todo formaba parte de un tormento sistemático que terminó con el peor de los finales.

La reconstrucción de los hechos, a través del testimonio de Himaanshika, dibuja un panorama escalofriante. Un plan premeditado, ejecutado con fría crueldad. La madre de Radhika encerrada en una habitación, el hermano fuera de casa por trabajo, incluso la mascota de la familia, un pitbull, ausente del hogar. Cada detalle parece meticulosamente calculado para asegurar el éxito del macabro plan. Himaanshika señala la influencia nefasta de las "malas compañías", amigos del padre que, según ella, avivaban las llamas de la envidia y lo incitaban a acabar con el éxito de su propia hija.

Radhika, según el relato de su amiga, no solo era una talentosa deportista, sino también una emprendedora. Había fundado su propia academia de tenis, un proyecto que florecía gracias a su dedicación y esfuerzo. Sin embargo, este logro, motivo de orgullo para cualquier padre, se convirtió en la semilla de la tragedia. El padre, incapaz de soportar la independencia y el éxito de su hija, le exigía que abandonara su negocio, que renunciara a sus sueños, para evitar las burlas de sus amigos. La presión constante, la obligación de justificar cada paso, cada decisión, cada conversación, creó un ambiente de opresión que agobiaba a Radhika.

"Ella no merecía morir así", clama Himaanshika en su desgarrador testimonio. Una frase que resume el sentimiento de injusticia que embarga a quienes conocieron a Radhika y a quienes, a través de las redes sociales, se han unido a la lucha por justicia. La joven tenista, llena de vida, de sueños, de talento, fue víctima de la violencia más cruel, la que se gesta en el seno del hogar, la que se perpetra por quien debería ser protector y amparo.

El caso de Radhika Yadav no es un caso aislado. Es un reflejo de una realidad dolorosa que aqueja a muchas mujeres en la India y en el mundo. La violencia machista, la envidia, el control, son los ingredientes de una tragedia que se repite una y otra vez. La campaña iniciada por Himaanshika en redes sociales busca no solo justicia para Radhika, sino también visibilizar esta problemática y exigir a las autoridades que el feminicidio no quede impune. Que la muerte de Radhika no sea en vano, que su historia sirva para encender la llama de la lucha contra la violencia de género y para construir un futuro donde las mujeres puedan vivir libres de miedo, libres de opresión, libres para alcanzar sus sueños.

Fuente: El Heraldo de México