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13 de julio de 2025 a las 06:35

El Muki: ¿Risa o leyenda en las minas?

En las profundidades de la tierra, donde la luz del sol se extingue y el silencio reina, se tejen historias que desafían la lógica y alimentan la imaginación. Historias de seres míticos, guardianes de tesoros ocultos y señores de los minerales: los Mukis. Estas criaturas, diminutas pero poderosas, forman parte del tejido cultural andino, transmitiéndose de generación en generación en los relatos de mineros que se adentran en las entrañas de la tierra.

Desde tiempos inmemoriales, el Muki ha sido descrito como un ser pequeño, de complexión robusta, piel pálida que contrasta con la oscuridad de las minas, y una mirada penetrante que hipnotiza a quien la cruza. Su atuendo ha evolucionado con el tiempo, adaptándose al progreso de la minería. Antaño ataviado con ponchos de lana y lámparas de carburo, hoy se le imagina con casco, botas y linterna, un reflejo de la modernización que ha alcanzado incluso el mundo subterráneo.

Pero más allá de su apariencia, lo que realmente define al Muki es su poder sobre los minerales. Se dice que conoce las vetas como la palma de su mano, capaz de revelarlas a los dignos y ocultarlas a los avaros. Actúa como juez y jurado en el oscuro reino de las minas, premiando la humildad y el respeto con el descubrimiento de riquezas, mientras que castiga la codicia y la irreverencia con derrumbes, accidentes y la perdición en los laberínticos túneles.

No es de extrañar, entonces, que muchos mineros intenten congraciarse con el Muki mediante ofrendas y rituales. Se habla de pactos secretos, donde se intercambia la promesa de buen comportamiento por la revelación de vetas ricas en minerales. Incluso se rumorea sobre la posibilidad de capturar a un Muki, aunque la tarea es ardua y peligrosa. Se requiere una cuerda especial, tejida con crines de caballo, y una astucia sin igual para sorprender a la criatura mientras está distraída. Una vez capturado, el Muki debe ser vestido con la ropa de su captor y mantenido alejado de la luz del sol, que lo debilita y puede llegar a destruirlo.

Recientemente, la leyenda del Muki ha resurgido con fuerza gracias a un video viralizado en TikTok. En él, un grupo de mineros, adentrados en la oscuridad de un socavón, escuchan una risa escalofriante que resuena en las paredes húmedas. La linterna recorre el espacio, buscando el origen del sonido, pero no encuentra nada. La risa, gutural e inquietante, parece provenir de la misma roca, alimentando el temor y la creencia en la presencia del Muki.

Este video ha reavivado el debate sobre la existencia del Muki. Mientras algunos lo descartan como una simple leyenda, para muchos mineros, especialmente en el altiplano peruano y boliviano, el Muki es una realidad tangible, una presencia constante en sus vidas. Su risa, grabada en el video, se convierte en un recordatorio de los misterios que yacen bajo tierra, un eco del pasado que resuena en el presente. Un llamado a la reflexión sobre las fuerzas desconocidas que habitan en las sombras y la importancia del respeto hacia la naturaleza y sus guardianes. Porque en las profundidades de la tierra, no todo lo que brilla es oro, y algunas riquezas pueden tener un precio demasiado alto.

Fuente: El Heraldo de México