
13 de julio de 2025 a las 21:25
El Jamón Perfecto: Guía de Naomi Fuentes
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha destapado una preocupante realidad en el mercado de los embutidos: muchos productos que se venden como jamón, en realidad no lo son. En una reveladora entrevista para El Heraldo Radio, Naomi Fuentes, Directora General de Difusión de la Profeco, alertó a los consumidores sobre esta práctica engañosa y detalló las claves para distinguir el auténtico jamón del resto.
Según Fuentes, la norma oficial mexicana NOM-158-SCFI-2003 establece que el jamón debe provenir exclusivamente del muslo de pavo o de la pierna trasera del cerdo. Sin embargo, el estudio realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor analizó 40 productos etiquetados como jamón o similares, y los resultados son alarmantes: solo 26 cumplían con la denominación de jamón, uno se identificaba como imitación y 13 no eran jamón en absoluto.
Estos productos "pseudojamones", explicó Fuentes, no solo incumplen con el origen de la carne, sino que también presentan irregularidades en su composición nutricional. Contienen menos proteína de la declarada, un exceso de almidones para compensar la falta de carne, e incluso el doble de sodio de lo permitido, un factor crucial para la salud. Además, su etiquetado a menudo omite la especificación de la parte del animal de la que provienen, intentando confundir al consumidor.
La estrategia de estos fabricantes, según denunció Fuentes, se basa en la confusión. Colocan sus productos junto a los jamones auténticos en los supermercados, con etiquetas muy similares que inducen al error. La clave, recomendó la funcionaria, está en leer con atención. Si en lugar de "jamón" aparece la palabra "embutido", "embutido cárnico" u otra denominación similar, desconfíe. El auténtico jamón debe estar etiquetado como "jamón de pavo" o "jamón de cerdo", especificando si es comercial, económico o preferente.
Lamentablemente, incluso entre los productos que sí eran jamón, el estudio de la Profeco reveló un incumplimiento generalizado en la información comercial. Muchos no especificaban la categoría a la que pertenecían (económico, comercial o preferente), lo que priva al consumidor de información esencial para tomar una decisión de compra informada.
Ante estos hallazgos, la Profeco, bajo la dirección del Procurador Federal del Consumidor, Iván Escalante, ha iniciado un procedimiento de seguimiento. Se han enviado requerimientos a los proveedores para que ajusten sus productos a la norma y se ha notificado a la Secretaría de Agricultura y a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) para que den seguimiento a las irregularidades detectadas.
La Profeco reitera su compromiso con la defensa de los derechos del consumidor y la transparencia en el mercado. Instan a los consumidores a ser vigilantes, a leer cuidadosamente las etiquetas y a reportar cualquier irregularidad. La salud y la economía familiar están en juego.
Fuente: El Heraldo de México