
13 de julio de 2025 a las 15:20
Choque fatal: Adiós a la leyenda del Chelsea
La noticia de la muerte de Diogo Jota y su hermano André Silva ha conmocionado al mundo del fútbol, recordándonos la fragilidad de la vida y la sombra de tragedia que a veces acompaña incluso a las figuras más brillantes. Y hablando de tragedias, el inminente paso del Chelsea a la Final del Mundial de Clubes nos lleva a recordar una pérdida que marcó profundamente al club: la de Peter Houseman, una leyenda de los Blues cuya vida se truncó demasiado pronto.
No todas las historias en el fútbol tienen un final feliz. Houseman, un jugador que lo dio todo por el Chelsea, falleció a los 31 años en un trágico accidente automovilístico apenas dos años después de abandonar Stamford Bridge. Un destino cruel para quien había dedicado su vida al deporte rey y defendido con pasión los colores del equipo londinense.
El fatídico accidente ocurrió el 20 de marzo de 1977. Houseman, entonces jugador del Oxford United, regresaba a casa junto a su esposa Sally y dos amigos tras un evento benéfico. En la carretera de Oxford a Londres, un conductor ebrio, identificado como Smith, invadió el carril contrario a gran velocidad, impactando de frente contra el vehículo de Houseman. Tanto Peter como Sally perdieron la vida en el instante. La noticia conmocionó a Inglaterra, que lloraba la pérdida de uno de los grandes futbolistas de la década. El responsable del accidente fue condenado a una multa de 4.000 libras y a la retirada del permiso de conducir durante 10 años, un castigo que, sin duda, jamás podría compensar la irreparable pérdida.
Nacido en Londres el 24 de diciembre de 1945, Peter Houseman debutó con el Chelsea en 1963, en una victoria por 3-2 contra el Sheffield United. A pesar de un inicio complicado, donde no contaba con la plena confianza del entrenador, Houseman perseveró y se mantuvo en el club durante casi 12 años, hasta 1975, dejando una huella imborrable en la memoria de los aficionados.
Durante su trayectoria en el Chelsea, Houseman contribuyó a la conquista de la FA Cup en 1970 y la Recopa de Europa en la temporada 70/71, dos hitos que lo consagraron como una figura clave en la historia del club. Tras su salida del Chelsea, fichó por el Oxford United, donde continuó demostrando su talento. A lo largo de su carrera profesional, disputó 331 partidos, anotando 37 goles y repartiendo cuatro asistencias.
La muerte de Houseman y su esposa dejó un vacío enorme, especialmente para sus hijos, que quedaron huérfanos. En su memoria, se organizó un partido homenaje entre el Chelsea de 1970 y el de 1977, con el objetivo de recaudar fondos para los niños. El evento congregó a 17.000 personas, una muestra del cariño y el respeto que Houseman se había ganado dentro y fuera del terreno de juego. Sus restos descansan junto a los de su esposa en el cementerio de San Pedro en Rodmarton, en el distrito de Cotswold. Su legado perdura, no solo en los anales del Chelsea, sino también en una liga juvenil de Hamshire que lleva su nombre, un recordatorio permanente de la brillante carrera y la trágica historia de Peter Houseman.
Su historia, como la de Diogo Jota y André Silva, nos recuerda que la vida es un regalo precioso que debemos valorar cada día. Y aunque el dolor de su ausencia permanece, su memoria seguirá viva en el corazón de los aficionados al fútbol y, especialmente, en el de la familia del Chelsea.
Fuente: El Heraldo de México