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12 de julio de 2025 a las 22:50

Wirikuta, Patrimonio Mundial: Un viaje sagrado.

Un hito histórico se ha escrito en la preservación del patrimonio cultural de la humanidad. La ancestral Ruta Wixárika por los Sitios Sagrados a Wirikuta, un tejido de senderos que serpentea por 500 kilómetros, entrelazando los estados de Nayarit, Durango, Jalisco, Zacatecas y San Luis Potosí, ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Imaginen la magnitud de este logro: una "trenza de caminos" que durante siglos ha guiado los pasos del pueblo wixárika en su peregrinaje espiritual, ahora se alza como un símbolo de resistencia cultural y un legado para el mundo entero.

No hablamos simplemente de un reconocimiento a la belleza paisajística, aunque la ruta atraviesa parajes de imponente belleza natural. Hablamos de la consagración de una cosmovisión, de una profunda conexión entre el ser humano y la naturaleza, encarnada en las prácticas rituales, la tradición oral y la arquitectura vernácula del pueblo wixárika. Cada paso en esta ruta es una oración, un diálogo con los dioses, una reafirmación de la vida. Los templos prehispánicos (tuquipa), las siembras en las milpas, cada elemento se entreteje en un tapiz cultural de una riqueza excepcional.

Este reconocimiento, el primero de su tipo en Latinoamérica para una tradición indígena viva, trasciende las fronteras de México. Se convierte en un faro de esperanza para la preservación de las culturas originarias en todo el mundo, un testimonio palpable de que la modernidad y la tradición pueden coexistir en armonía. Es un llamado a la reflexión sobre la importancia de respetar y valorar la diversidad cultural como un tesoro invaluable de la humanidad.

La inscripción de la Ruta Wixárika como Patrimonio Mundial no es un punto de llegada, sino un nuevo comienzo. Abre las puertas a un futuro donde la sabiduría ancestral del pueblo wixárika pueda ser compartida y protegida para las generaciones venideras. Asegura la continuidad de la peregrinación a Wirikuta, lugar sagrado donde florece el hikuri (peyote), elemento fundamental en la cosmogonía wixárika.

La lucha por la preservación de esta ruta sagrada no ha sido fácil. La amenaza constante de la expansión agrícola, industrial y minera ha puesto en peligro la integridad de este territorio. Sin embargo, la tenacidad del pueblo wixárika, en conjunto con el apoyo de instituciones como el INAH, la Secretaría de Cultura y organizaciones de la sociedad civil, ha logrado este triunfo histórico.

Ahora, la responsabilidad de proteger este legado recae sobre todos nosotros. Debemos ser conscientes de la fragilidad de este tesoro cultural y comprometernos a su preservación. Visitar la Ruta Wixárika con respeto, aprender de la sabiduría ancestral del pueblo wixárika y difundir su importancia son acciones que contribuyen a la salvaguarda de este patrimonio universal. El futuro de Wirikuta y de la cultura wixárika está en nuestras manos.

Fuente: El Heraldo de México