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12 de julio de 2025 a las 18:20

Justicia para Juan: Golpiza mortal en graduación

La comunidad estudiantil de la Preparatoria número 81 de Ecatepec se encuentra sumida en la consternación y el dolor tras el trágico fallecimiento de uno de sus alumnos durante la ceremonia de graduación el pasado viernes 11 de julio. Lo que debía ser un día de celebración y alegría se convirtió en una pesadilla que ha dejado una profunda herida en el corazón de la institución y la comunidad.

El incidente, ocurrido en las instalaciones del plantel educativo ubicado en la colonia Jardines de Morelos, ha generado una ola de indignación y cuestionamientos sobre la seguridad y la convivencia escolar. Según testimonios que circulan en redes sociales, acompañados de desgarradores videos, el joven fue víctima de una brutal agresión física por parte de un grupo de alumnos con quienes, al parecer, mantenía conflictos previos. Las imágenes muestran los desesperados intentos de los presentes por reanimar al joven mientras yacía inconsciente en el suelo, una escena que ha conmocionado a la opinión pública.

La aparente tardanza en la intervención del personal docente y administrativo del plantel ha avivado la polémica. Testigos presenciales aseguran que la golpiza se prolongó durante varios segundos sin que ninguna autoridad escolar interviniera para detenerla, lo que podría haber agravado las consecuencias del ataque. Esta supuesta pasividad ha generado fuertes críticas y exige una exhaustiva investigación para determinar las responsabilidades correspondientes. La pregunta que todos se hacen es: ¿podría haberse evitado esta tragedia si se hubiera actuado con mayor celeridad?

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ha tomado cartas en el asunto, abriendo una carpeta de investigación por homicidio. Los peritos forenses ya han trasladado el cuerpo del joven al anfiteatro de Servicios Médicos Forenses (Semefo) para realizar la necropsia de ley y determinar las causas exactas del fallecimiento. La preparatoria, por su parte, se ha comprometido a colaborar con las autoridades, facilitando el acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad del plantel para identificar a los agresores, quienes presuntamente también son estudiantes de la institución.

Este lamentable suceso pone de manifiesto la urgente necesidad de reforzar las medidas de seguridad en los centros educativos y de promover una cultura de paz y respeto entre los estudiantes. Es fundamental implementar programas de prevención y atención a la violencia escolar, así como protocolos de actuación claros y efectivos para responder ante situaciones de emergencia. La tragedia de la Preparatoria 81 debe servir como un llamado de atención para toda la sociedad, para que trabajemos juntos en la construcción de entornos escolares seguros y libres de violencia, donde los jóvenes puedan desarrollarse plenamente y alcanzar sus sueños sin temor a ser agredidos. El futuro de nuestros jóvenes depende de ello.

Además de las investigaciones en curso, se espera que las autoridades educativas realicen una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad y convivencia escolar de la Preparatoria 81. Es crucial identificar las fallas que permitieron que este trágico evento ocurriera y tomar medidas correctivas para evitar que se repita en el futuro. La comunidad educativa, incluyendo a padres, alumnos y docentes, debe participar activamente en este proceso de reflexión y reconstrucción, para que juntos podamos construir un ambiente escolar más seguro y propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral de los jóvenes. La memoria del joven fallecido debe ser un recordatorio constante de la importancia de la paz y la tolerancia en nuestras escuelas.

La incertidumbre y la angustia se apoderan de las familias de los estudiantes de la Preparatoria 81. La pregunta que resuena en la mente de todos es: ¿qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad de sus hijos en el futuro? Es imperativo que las autoridades educativas brinden respuestas claras y concretas a estas inquietudes, y que implementen acciones contundentes para restablecer la confianza en la institución. La tragedia del pasado viernes 11 de julio no debe quedar impune, y debe servir como un catalizador para un cambio profundo en la forma en que abordamos la seguridad y la convivencia escolar en nuestro país.

Fuente: El Heraldo de México