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11 de julio de 2025 a las 09:20

Siéntate bien: La silla ideal

El cansancio que recorre las piernas después de una larga jornada de pie, la pesadez que se instala en la espalda, el dolor sordo que late en los pies… ¿Quién no lo ha sentido alguna vez tras un día especialmente ajetreado? Ahora imaginen vivir esa sensación día tras día, semana tras semana, año tras año. Para millones de trabajadores en México, esta no es una situación hipotética, sino la realidad de su día a día laboral. Trabajadores que dedican su tiempo y esfuerzo a atendernos en comercios, restaurantes, bancos, y un sinfín de establecimientos, a menudo obligados a permanecer de pie durante horas interminables. Una realidad invisible para muchos, pero con consecuencias tangibles y dolorosas para quienes la padecen.

No hablamos de lujos, ni de comodidades excesivas. Hablamos de un derecho básico: el derecho a una silla. Un elemento tan simple, tan cotidiano, que puede marcar la diferencia entre una jornada laboral agotadora y una que, si bien exige esfuerzo, respeta la salud y la dignidad del trabajador. Porque las repercusiones de pasar horas y horas de pie van mucho más allá del simple cansancio. Hablamos de problemas de salud serios: insuficiencia venosa, tendinitis, várices, lesiones en las rodillas, dolores musculares, hemorroides, lumbalgia, fascitis plantar… Un catálogo de dolencias que pueden afectar gravemente la calidad de vida de quienes las sufren, limitando su movilidad, su capacidad de trabajo e incluso su bienestar emocional.

Afortunadamente, la lucha por la dignidad laboral ha dado un paso importante con la llamada "Ley Silla". Una iniciativa que, en su sencillez, encierra una profunda justicia social. Una ley que obliga a los empleadores a proporcionar una silla con respaldo a aquellos trabajadores que, por la naturaleza de su labor, deben permanecer de pie durante su jornada. No se trata de una concesión, sino del reconocimiento de un derecho fundamental: el derecho a un ambiente laboral que proteja la salud y la integridad física de los trabajadores.

En un país donde, según la OCDE, se trabaja más horas que en la mayoría de las naciones desarrolladas, y con salarios considerablemente inferiores, la "Ley Silla" se presenta como un rayo de esperanza. Un pequeño gran avance en la lucha por condiciones laborales más justas y dignas. Un recordatorio de que la productividad no debe construirse a costa del bienestar de los trabajadores.

La discusión sobre la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales es otro paso en la dirección correcta. Un debate que, aunque encuentra resistencias en algunos sectores, avanza inexorablemente hacia la conquista de un equilibrio más justo entre la vida laboral y la personal.

La "Ley Silla", ya obligatoria en nuestro país, es un testimonio de que la perseverancia y la lucha por los derechos laborales dan frutos. Es un llamado a la conciencia de empleadores y a la vigilancia ciudadana para garantizar su cumplimiento efectivo en todos los rincones del país. Porque la mejora de las condiciones laborales no solo beneficia a los trabajadores, sino que contribuye al desarrollo de una sociedad más justa, equitativa y próspera. Y porque el bienestar de una nación se mide no solo en indicadores económicos, sino también en la calidad de vida de su gente. La “Ley Silla” es un paso más en ese camino, un paso que nos acerca a un futuro laboral más humano y digno para todos. Estaremos vigilantes para que su aplicación sea una realidad y no se quede solo en letra muerta. El bienestar de los trabajadores es el bienestar de México.

Fuente: El Heraldo de México