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12 de julio de 2025 a las 00:05

Redadas agrícolas: Trump incumplió promesas.

La sombra de la incertidumbre se cierne sobre la comunidad migrante en Estados Unidos. A pesar de las promesas del presidente Trump de reconsiderar las redadas en campos agrícolas y buscar alternativas para estos trabajadores esenciales, la realidad en el terreno pinta un panorama desolador. Eunice Rendón Cárdenas, directora de Agenda Migrante, ha alzado la voz para denunciar la continua persecución, que no solo ignora las promesas presidenciales, sino que se ejecuta con una violencia alarmante.

Las imágenes que circulan en medios de comunicación y redes sociales son testimonio del uso excesivo de la fuerza por parte del ICE. Agentes encapuchados, sin identificación y sin presentar órdenes de detención, irrumpen en la vida de los migrantes, sembrando el terror en la comunidad. No se trata solo de detenciones, sino de un abuso de poder que vulnera la dignidad humana. Rendón Cárdenas subraya la gravedad de la situación, destacando que las autoridades se demoran más de cinco días en notificar a los consulados sobre las detenciones, dejando a familias enteras en la angustia de la incertidumbre.

Ante esta preocupante falta de comunicación, Agenda Migrante ha implementado grupos de chat para brindar apoyo a quienes desconocen el paradero de sus seres queridos. La opacidad en los procedimientos del ICE no solo genera desconfianza, sino que obstaculiza el acceso a la asistencia legal y consular, dejando a los migrantes en una situación de extrema vulnerabilidad.

Las consecuencias de estas redadas van más allá del drama humano. La presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado el impacto económico y alimentario que estas acciones generan en Estados Unidos. Los migrantes, que desempeñan un papel fundamental en la agricultura y la producción de alimentos, se ven forzados a vivir en la clandestinidad, afectando la productividad y la economía del país.

Pero quizás el aspecto más preocupante de esta situación es el riesgo de una escalada violenta. El discurso antiinmigrante y las políticas represivas del gobierno de Trump han creado un clima de hostilidad que empodera a grupos extremistas y fomenta la discriminación. El aumento del 20% en los crímenes de odio durante la primera presidencia de Trump, principalmente contra migrantes latinos, es una señal alarmante de la peligrosa polarización que se vive en el país. La posibilidad de enfrentamientos entre migrantes y ciudadanos, alentados por la retórica presidencial, es una amenaza latente que exige una respuesta inmediata.

Es imperativo que la comunidad internacional y las organizaciones defensoras de derechos humanos se pronuncien enérgicamente contra estas prácticas abusivas. La defensa de los derechos de los migrantes no es solo una cuestión humanitaria, sino una responsabilidad compartida que exige la construcción de puentes de diálogo y la promoción de políticas migratorias justas y respetuosas. El futuro de miles de familias depende de la acción colectiva y la solidaridad internacional. No podemos permanecer indiferentes ante la injusticia y el sufrimiento.

Fuente: El Heraldo de México