La tensión se podía cortar con un cuchillo, o quizás con un bate de béisbol, en el cruce de las avenidas Universidad y Aguascalientes, en la tranquila colonia Bosques del Prado. El miércoles 9 de julio de 2025, la tarde se tornó escenario de una riña que bien podría haber salido de una película, protagonizada por un taxista y un repartidor de comida a domicilio. Las cámaras de los celulares, siempre presentes, inmortalizaron el momento: el taxista, cuchillo en mano, y el repartidor, empuñando un bate de béisbol, se enfrascaron en un duelo de amenazas que paralizó el tráfico y dejó a los testigos con el corazón en la garganta.

Afortunadamente, la sangre no llegó al río, al menos no en ese momento. Tras un intercambio de palabras acaloradas, dignas del más dramático de los guiones, el taxista se dispuso a retirarse. Pero la historia no terminaría ahí. Justo cuando el chofer se acomodaba en su vehículo, el repartidor descargó toda su furia sobre el medallón del taxi, haciéndolo añicos con un certero golpe de bate. La respuesta del taxista fue inmediata y brutal: una veloz maniobra de reversa, seguida de una aceleración que aplastó la motocicleta del repartidor bajo las ruedas de su vehículo. La escena, captada también por las cámaras de seguridad del municipio, dejó a todos atónitos mientras el taxista se daba a la fuga.

Los murmullos de los testigos, aún impactados por lo sucedido, reconstruyeron los instantes previos al enfrentamiento. Según su relato, el repartidor, a bordo de su motocicleta Hero Motocorp con placas de Zacatecas, había sido embestido momentos antes por el taxi, lo que desató la ira y la posterior confrontación. La discusión, que afortunadamente solo dejó daños materiales, se convirtió en el detonante de una escalada de violencia que pudo haber tenido consecuencias mucho más graves.

La rápida intervención de la Policía Municipal fue crucial. Tras entrevistarse con el repartidor, quien relató su versión de los hechos, los agentes iniciaron la búsqueda del taxista fugitivo. Su pericia dio frutos en poco tiempo: el conductor, identificado como José Guadalupe, de 37 años, fue localizado en el cruce de las avenidas Ignacio Zaragoza y Canal Interceptor, aún a bordo de su taxi. Al ser interrogado, José Guadalupe argumentó que el repartidor había roto el medallón de su vehículo, justificando así su violenta reacción.

El registro del vehículo y la posterior inspección de ambos individuos revelaron las armas que habían utilizado en su enfrentamiento: el cuchillo de 30 centímetros del taxista y el bate de madera del repartidor. Ambos fueron puestos a disposición del Agente del Ministerio Público en la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes (FGEA), donde se determinará su situación legal. Este incidente, más allá de lo anecdótico, nos recuerda la importancia de la tolerancia y el control de impulsos en situaciones de conflicto vial. La violencia, nunca es la respuesta.