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11 de julio de 2025 a las 09:20

Mancera y la Gentrificación: ¿Tiene los planos?

La sombra del concreto: El legado de Mancera y la transformación de la CDMX

Mucho se ha hablado de la "revitalización" de la Ciudad de México, pero tras esa palabra se esconde una realidad más compleja, una historia de contrastes donde el brillo de las nuevas construcciones opaca el desplazamiento silencioso de miles de familias. Durante la administración de Miguel Ángel Mancera (2012-2018), la capital se convirtió en un lienzo para el apetito voraz del capital privado. Los permisos de construcción se otorgaron con una liberalidad que rayaba en la irresponsabilidad, concentrándose en zonas ya de por sí saturadas, mientras que las colonias populares, con sus necesidades y carencias, eran relegadas al olvido.

La ciudad se fracturó. Por un lado, el auge de zonas como la Roma, la Condesa, la Juárez y Del Valle, convertidas en escaparates para la inversión y el turismo; por otro, el abandono sistemático de delegaciones como Iztapalapa, Tláhuac o Gustavo A. Madero, donde la promesa de progreso nunca llegó. Mancera no inventó la gentrificación, cierto, pero bajo su mandato, este fenómeno alcanzó niveles alarmantes, transformando barrios enteros en escenarios para la especulación inmobiliaria.

La Norma 26, concebida para promover la vivienda social, se convirtió en una herramienta para maquillar desarrollos de lujo, una burla para quienes realmente necesitaban un hogar. Las rentas se dispararon, expulsando a familias enteras de sus barrios de toda la vida, mientras que los nuevos inquilinos, a menudo nómadas digitales con mayor poder adquisitivo, transformaban el paisaje urbano. Airbnb, en lugar de ser una alternativa para el turismo, se convirtió en una plaga que agravó la escasez de vivienda y contribuyó al alza de precios.

La omisión en la actualización del Programa General de Desarrollo Urbano durante la gestión de Mancera fue la cereza del pastel. Esta falta de planificación permitió que cada alcaldía actuara a su antojo, creando un caldo de cultivo perfecto para la corrupción y el surgimiento del llamado "cártel inmobiliario", una red de complicidades entre políticos y constructoras que hoy tiene a varios de sus integrantes enfrentando a la justicia.

Y entonces llegó el 19 de septiembre de 2017. El terremoto no solo derrumbó edificios, sino que también expuso la fragilidad de un modelo de desarrollo basado en la especulación y la negligencia. Edificaciones nuevas, construidas durante la administración de Mancera, se desplomaron como castillos de naipes, dejando al descubierto una trama de permisos irregulares, inspecciones deficientes y una preocupante "vista gorda" por parte de las autoridades. Las preguntas siguen resonando: ¿quiénes son los responsables? ¿Dónde quedó la promesa de una ciudad segura y habitable para todos?

Es fácil culpar a los nómadas digitales o al auge del turismo, pero el origen del problema es mucho más profundo. Se encuentra en los despachos, en las firmas que autorizaron la transformación de la ciudad en un tablero de juego para la especulación inmobiliaria. Y en esa historia, el nombre de Miguel Ángel Mancera está escrito con letras indelebles, un recordatorio de las consecuencias de un modelo de desarrollo que privilegió el beneficio de unos pocos por encima del bienestar de la mayoría.

Reunión crucial entre México y Estados Unidos

Este fin de semana se llevará a cabo una reunión de alto nivel entre representantes del gabinete de Claudia Sheinbaum y funcionarios del gobierno de Donald Trump. La delegación mexicana, encabezada por el canciller Juan Ramón de la Fuente y los secretarios de Seguridad, Economía y Hacienda, Omar García Harfuch, Marcelo Ebrard y Édgar Amador Zamora, respectivamente, viajará a Estados Unidos con una agenda cargada de temas cruciales para la relación bilateral, incluyendo migración, comercio y seguridad.

Fuentes cercanas a la negociación aseguran que se trata del encuentro más importante en los últimos tiempos, ya que los acuerdos que se alcancen definirán el rumbo de la agenda bilateral en el futuro próximo. Del lado mexicano hay optimismo, pues se han logrado avances significativos en relación a las peticiones de la Casa Blanca. Sin embargo, se insiste en que el objetivo no es complacer a Estados Unidos, sino buscar acuerdos que beneficien a México.

Reflexión final

Como diría un sabio anónimo: "La gentrificación no llegó sola. Mancera le puso alfombra roja, le ofreció un cóctel de bienvenida y le asignó un nuevo código postal".

Fuente: El Heraldo de México