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11 de julio de 2025 a las 16:20

Juez frena a Trump: No más quitar ciudadanía

La sombra de la incertidumbre se cierne sobre miles de familias migrantes en Estados Unidos. El reciente intento del presidente Trump de anular el derecho a la ciudadanía por nacimiento, un derecho fundamental consagrado en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, ha desatado una feroz batalla legal que pone en jaque el futuro de innumerables niños. Si bien un juez federal ha bloqueado temporalmente la aplicación de este decreto a nivel nacional, la concesión de un plazo de apelación a la administración Trump mantiene la tensión en el aire, dejando a muchas familias en un limbo legal angustiante.

La decisión del juez Joseph Laplant representa un respiro, un rayo de esperanza en medio de la tormenta. Al otorgar la certificación provisional de acción colectiva, el juez ha abierto la puerta para que los bebés en riesgo de perder su ciudadanía puedan ser representados legalmente de manera conjunta, fortaleciendo su lucha por este derecho inalienable. Esta medida no solo protege a los niños directamente afectados, sino que también envía un mensaje claro: la justicia no se doblega ante las presiones políticas y se mantendrá firme en la defensa de los derechos fundamentales de todos, sin importar su origen.

Es importante destacar la trascendencia histórica de la Decimocuarta Enmienda, ratificada en 1868 tras la Guerra Civil. Concebida inicialmente para proteger los derechos de los afroamericanos recién liberados de la esclavitud, esta enmienda se ha convertido en un pilar fundamental del sistema legal estadounidense, garantizando la igualdad ante la ley para todos los nacidos en territorio estadounidense, independientemente de la situación migratoria de sus padres. Intentar socavar este principio no solo es un ataque a la Constitución, sino también a la esencia misma de la nación americana, construida sobre la promesa de la igualdad y la oportunidad para todos.

La argumentación del presidente Trump, centrada en la idea de que Estados Unidos es el "único país en el mundo" que otorga la ciudadanía por nacimiento, no solo es inexacta, sino que también ignora deliberadamente el contexto histórico y legal que sustenta este derecho. Muchos países, incluyendo a la mayoría de las naciones del continente americano, reconocen el principio de "jus soli", que otorga la ciudadanía a cualquier persona nacida en su territorio. Esta práctica, arraigada en la tradición jurídica occidental, busca garantizar la estabilidad social y la integración de las nuevas generaciones, evitando la creación de una clase permanente de personas sin derechos ni pertenencia a un país.

La batalla legal por el derecho a la ciudadanía por nacimiento apenas comienza. Las próximas semanas serán cruciales para determinar el futuro de miles de familias migrantes y el alcance de la Decimocuarta Enmienda. La movilización de organizaciones de derechos humanos, la presión de la opinión pública y la firmeza del poder judicial serán fundamentales para proteger este derecho fundamental y preservar los valores de igualdad y justicia que definen a la nación americana. El debate trasciende lo meramente legal y se adentra en el terreno de la ética y la moral: ¿qué tipo de sociedad queremos construir? ¿Una sociedad inclusiva y justa, o una sociedad que discrimina y excluye a los más vulnerables? La respuesta a esta pregunta determinará el futuro de Estados Unidos.

Fuente: El Heraldo de México