La noche potosina se tiñó de rojo y miedo. Dos conocidos centros nocturnos, Amnesia y Calígula, se convirtieron en el escenario de una violenta incursión que ha dejado a la ciudad conmocionada. Imaginen la escena: la música y el bullicio habituales se transforman en gritos de pánico, el aroma a alcohol se mezcla con el acre olor a gasolina y humo, las luces de la fiesta dan paso a las llamas voraces. Así se vivió la madrugada del [inserte día de la semana], cuando un comando armado sembró el terror en estos establecimientos ubicados en la capital.

Según testigos presenciales, en Calígula, la violencia se desató con una ráfaga de disparos contra la fachada. El sonido ensordecedor de las balas rompió la tranquilidad de la noche, anticipando el caos que estaba por desatarse. Posteriormente, los agresores rociaron gasolina en el exterior del local e intentaron prenderle fuego. Afortunadamente, las llamas no lograron propagarse con la misma virulencia que en el otro escenario de este ataque coordinado.

En el Amnesia, la situación fue aún más dramática. Los delincuentes no se conformaron con un ataque externo. Irrumpieron en el local, sembrando el pánico entre los asistentes. Algunos clientes fueron brutalmente golpeados, mientras que el resto fue sometido bajo amenazas de muerte. Con la misma frialdad con la que habían actuado en Calígula, rociaron gasolina en el interior del establecimiento y le prendieron fuego, obligando a todos a huir despavoridos.

La rápida intervención de los Bomberos Metropolitanos, quienes acudieron al llamado de emergencia en la plaza San Antonio, sobre la Carretera 57, evitó que la tragedia alcanzara mayores dimensiones. A pesar de la violencia del ataque y el pánico desatado, no se reportaron heridos, un pequeño milagro en medio del caos.

Ahora, la ciudad se encuentra en vilo, esperando respuestas. ¿Quiénes son los responsables de este acto de barbarie? ¿Qué motivaciones se esconden detrás de este ataque coordinado? Estas son las preguntas que resuenan en las calles de San Luis Potosí, mientras la Fiscalía General del Estado trabaja contrarreloj para esclarecer los hechos.

La Fiscalía ha abierto una carpeta de investigación y se encuentra recabando indicios en ambos locales. Agentes de la Policía de Investigación y peritos trabajan en conjunto, analizando cada detalle, cada pista, para reconstruir los eventos de esa noche. Se están revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, se están tomando declaraciones a testigos y se están siguiendo diversas líneas de investigación, incluyendo la posible implicación del crimen organizado. Se ha establecido una estrecha colaboración con Bomberos y la Guardia Civil Estatal para obtener un panorama completo de la situación y llevar ante la justicia a los responsables de este atentado contra la tranquilidad y la seguridad de la ciudad. La incertidumbre persiste, pero la promesa de justicia se mantiene firme. Las autoridades han asegurado que no descansarán hasta que los culpables sean identificados y paguen por sus crímenes. San Luis Potosí espera con ansias el resultado de las investigaciones, confiando en que la justicia prevalecerá y que la paz volverá a reinar en sus calles.