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11 de julio de 2025 a las 23:20

Canciones Prohibidas: La Historia de Ovidio Guzmán

La declaración de culpabilidad de Ovidio Guzmán ante una corte de Chicago ha generado un nuevo capítulo en la saga de la familia Guzmán, reavivando el debate sobre la figura del "Ratón" y su impacto en la sociedad mexicana. Más allá de las implicaciones legales, la historia de Ovidio ha trascendido las paredes de los tribunales para infiltrarse en la cultura popular, específicamente en el género de los corridos, donde su figura se ha mitificado y analizado desde diferentes perspectivas.

El fenómeno de los corridos dedicados a figuras del narcotráfico no es nuevo, forma parte de una tradición musical que narra las historias, reales o ficticias, de personajes que desafían la ley. En el caso de Ovidio, la música se convierte en un vehículo para narrar su ascenso dentro del Cártel de Sinaloa, su captura, el "Culiacanazo" y su posterior extradición. Estos corridos, lejos de ser simples canciones, se convierten en crónicas populares que reflejan la compleja realidad social de México y la fascinación que despiertan estas figuras controvertidas.

“Soy el Ratón” de Código FN, se erige como el himno no oficial de Ovidio. Su ritmo pegadizo y su letra, que combina la descripción de actividades ilícitas con una disculpa por el caos desatado en Culiacán, han resonado con un público amplio, especialmente en plataformas como TikTok. Este tipo de popularización, impulsada por las redes sociales, ha contribuido a la creación de una imagen casi legendaria de Ovidio, alimentando la polémica sobre la romantización del narcotráfico en la música.

No obstante, no todos los corridos siguen la misma línea. Mientras algunos, como el de Los Alegres del Barranco, se centran en el linaje y el poder de Ovidio dentro del cártel, otros, como "Terror en Sinaloa" de Atigrado, optan por retratar el terror y la violencia que generaron los operativos para su captura, enfocándose en las consecuencias que sus acciones tuvieron en la población. Esta diversidad de enfoques enriquece el análisis de la figura de Ovidio, mostrando diferentes facetas de su historia y su impacto en la sociedad.

La incursión de artistas jóvenes del regional mexicano, como Natanael Cano con "Orgullo Guzmán", añade otra capa de complejidad al fenómeno. La canción, con una producción más moderna y dirigida a un público joven, refuerza la idea del apellido Guzmán como una marca dentro del narcotráfico, perpetuando su legado en las nuevas generaciones.

Por último, si bien no está centrado en Ovidio, “La Captura III” de Los Tucanes de Tijuana ofrece un contexto crucial al narrar la detención de Joaquín "El Chapo" Guzmán. Este corrido, al estilo característico de la agrupación, funciona como un recordatorio del origen de la saga familiar y las circunstancias que, de alguna manera, influyeron en el camino de Ovidio. La canción, con su estilo narrativo y dramático, se convierte en una pieza importante para comprender el panorama completo de la historia de los Guzmán.

En definitiva, los corridos dedicados a Ovidio Guzmán y su familia, más allá de su valor musical, se convierten en un reflejo de la compleja realidad social mexicana, donde la narcocultura se entrelaza con la música popular, generando un debate constante sobre la ética, la representación y el impacto de estas narrativas en la sociedad. La música, en este caso, se convierte en un documento histórico, una crónica cantada que nos permite analizar y comprender, desde diferentes ángulos, la figura de Ovidio Guzmán y su lugar en el imaginario colectivo.

Fuente: El Heraldo de México