
11 de julio de 2025 a las 08:40
¡Botox casero: Cara paralizada!
La pesadilla de la belleza a bajo costo se ha vuelto una realidad palpable en Port St. Lucie, Florida. Una mujer, buscando mejorar su apariencia, terminó con parálisis facial severa tras un procedimiento de Botox realizado en un cobertizo clandestino. Lo que parecía una oferta irresistible, $325 por una inyección de Botox, se transformó en una amarga lección sobre los peligros de los tratamientos estéticos sin la debida certificación. Rosa Mena, la presunta responsable, se presentaba como una experimentada médica con una trayectoria de 50 años, una fachada cuidadosamente construida para engañar a sus víctimas y lucrar con la vanidad.
El caso, que ha conmocionado a la comunidad, pone de relieve la vulnerabilidad de quienes buscan soluciones rápidas y económicas sin verificar la legitimidad del profesional. La víctima, con el rostro entumecido y la angustia palpable, acudió a la policía para denunciar el fallido procedimiento. La investigación posterior, liderada por el detective Magura, destapó una operación clandestina que operaba en la sombra de la legalidad. El cobertizo, ubicado en la cuadra 5000 de NW Coosa Drive, se había convertido en una clínica improvisada donde se realizaban procedimientos estéticos sin las mínimas garantías sanitarias.
El descubrimiento de un arsenal de suministros médicos, incluyendo Botox, jeringas y otros instrumentos, confirmó las sospechas de la policía. Mena, lejos de ser la profesional que aparentaba, había construido un imperio de la belleza fraudulento, poniendo en riesgo la salud de sus clientes. La policía de Port St. Lucie, alarmada por el incidente, ha emitido una advertencia a la población, instando a la cautela y a la verificación de las credenciales de cualquier profesional antes de someterse a procedimientos estéticos. "Su seguridad es nuestra prioridad", recalcaron las autoridades, subrayando la importancia de no caer en la tentación de ofertas demasiado buenas para ser verdad.
El intento de Mena por enmendar el daño, inyectando “vitaminas” en el rostro de la víctima, solo agravó la situación. La cliente, cada vez más alarmada, exigió ver la licencia médica de Mena, una petición que desmoronó la farsa de la falsa doctora. El certificado de flebotomía presentado, alterado y censurado, resultó ser un documento expirado, confirmando el engaño. La víctima, convertida en detective involuntaria, contactó a los emisores del certificado, quienes confirmaron sus sospechas.
La investigación destapó un verdadero centro estético clandestino: camas médicas, medicamentos, viales, agujas, máquinas para esculpir grasa, inyecciones de PRP, equipos de microagujas y depilación láser, máquinas de lipo láser, dispositivos de masaje y faciales, e inyectables para rellenos y Botox. Una lista que evidencia la magnitud de la operación fraudulenta y el riesgo al que estaban expuestas las clientas. Mena, ahora enfrenta cargos de agresión agravada, ejercicio ilegal de la medicina, fraude y uso de un dispositivo de comunicación bidireccional para facilitar un delito grave. Actualmente, se encuentra detenida en la cárcel del condado de St. Lucie con una fianza de $95,000. Este caso sirve como un recordatorio contundente de que la belleza no debe comprometer la salud. La búsqueda de la estética debe ir de la mano de la seguridad y la profesionalidad, evitando caer en las garras de falsos profesionales que operan al margen de la ley. La belleza auténtica reside en la salud y el bienestar, no en atajos que pueden poner en riesgo nuestra integridad física.
Fuente: El Heraldo de México