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10 de julio de 2025 a las 06:25

Tragedia dorada: estrella y padre mueren en accidente aéreo

La repentina partida de Blanca Estela Pavón, "La Chorreada", dejó un vacío imborrable en la Época de Oro del cine mexicano. Su trágico final, en las heladas faldas del Popocatépetl, aún despierta interrogantes y suscita un halo de misterio que perdura hasta nuestros días. Imaginen la escena: un avión Douglas DC-3, luchando contra la furia de los elementos, la visibilidad reducida a casi nada, las turbulencias sacudiéndolo violentamente. Dentro, la joven actriz, en la cúspide de su carrera, acompañada de su padre, ajenos al destino fatal que les aguardaba. Su viaje, iniciado en la cálida Oaxaca tras una exitosa presentación, se transformó en una pesadilla a más de 4,000 metros de altura.

Es escalofriante pensar en la angustia de esos últimos momentos, la impotencia del piloto al reportar la situación a la torre de control, la desesperación al perderse la comunicación. La noticia del avión desaparecido cayó como un balde de agua fría sobre el mundo del espectáculo. Se inició una intensa búsqueda, una carrera contra el tiempo en un terreno agreste y peligroso. Finalmente, el hallazgo: los restos del avión esparcidos en la nieve, testimonios mudos de la tragedia. El cuerpo de Blanca Estela, con fracturas en el cráneo, cerca del de su padre. Una imagen desgarradora que aún conmueve a quienes recuerdan su radiante sonrisa y su talento innato.

La historia se tiñe de un matiz aún más dramático al conocerse el detalle de la llamada, la urgencia que la obligó a cambiar sus planes, la petición a “Viruta” para cederle su lugar en el avión. Un giro del destino que selló su suerte. ¿Qué habría sido de Blanca Estela si hubiera tomado el otro vuelo? ¿Habría continuado brillando en la pantalla grande, regalándonos inolvidables interpretaciones? Son preguntas que flotan en el aire, imposibles de responder.

El funeral de la actriz fue un evento multitudinario, un mar de rostros consternados despidiendo a una estrella fugaz. Entre ellos, un desconsolado Pedro Infante, con lágrimas en los ojos, pronunciando la frase que quedaría grabada en la memoria colectiva: "Se nos fue 'La Chorreada'". Una premonición trágica, quizás, pues el propio Infante encontraría un final similar años después, también víctima de un accidente aéreo.

El legado de Blanca Estela Pavón, a pesar de su corta carrera, permanece vivo. Sus películas, como "Nosotros los pobres" y "En los altos de Jalisco", son joyas del cine mexicano que nos permiten disfrutar de su talento y recordarla con la alegría y la vitalidad que la caracterizaban. Su trágica muerte, envuelta en un manto de misterio, la convirtió en un mito, una leyenda que sigue conmoviendo a generaciones de mexicanos. Un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de apreciar el brillo de las estrellas mientras las tenemos.

Fuente: El Heraldo de México