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10 de julio de 2025 a las 18:10

Sheinbaum minimiza cierre fronterizo por gusano

La reciente decisión de Estados Unidos de cerrar su frontera al ganado mexicano tras la detección de un nuevo caso de gusano barrenador en Veracruz ha generado una ola de reacciones, con la Presidenta Claudia Sheinbaum calificando la medida como "totalmente exagerada". Este nuevo obstáculo al comercio bilateral pone en relieve la delicada balanza entre la protección sanitaria y el flujo económico, y plantea interrogantes sobre la eficacia de las estrategias actuales para combatir esta persistente plaga.

Mientras que las autoridades estadounidenses justifican el cierre como una medida preventiva esencial para proteger su propio ganado, la respuesta del gobierno mexicano ha sido la de intensificar los esfuerzos de control y vigilancia. El director en jefe del SENASICA, Francisco Calderón, ha asegurado que el caso detectado en Veracruz está bajo estricto control y que no se han registrado casos secundarios. La rápida actuación de las autoridades mexicanas, liberando moscas estériles y estableciendo controles de movilización en las zonas afectadas, busca demostrar a sus contrapartes estadounidenses que la situación está contenida y que no representa una amenaza real para su industria ganadera.

Sin embargo, la preocupación persiste entre los ganaderos mexicanos, quienes se enfrentan una vez más a las consecuencias económicas de un cierre fronterizo. La incertidumbre sobre la duración de esta medida y el impacto que tendrá en sus exportaciones genera un clima de ansiedad en el sector. Muchos se preguntan si la respuesta de Estados Unidos es proporcional a la amenaza real, y si existen alternativas menos drásticas que permitan mantener el flujo comercial sin poner en riesgo la salud animal.

La historia del gusano barrenador en México es larga y compleja. A pesar de los constantes esfuerzos por erradicarlo, la plaga persiste, presentando un desafío constante para las autoridades sanitarias y los productores. La liberación de moscas estériles, una técnica ampliamente utilizada, ha demostrado ser efectiva en la reducción de la población del insecto, pero no ha logrado eliminarlo por completo. La complejidad del ciclo de vida del gusano barrenador, sumado a factores como el cambio climático y la movilidad del ganado, dificultan aún más la tarea de erradicación.

El nuevo cierre fronterizo pone de manifiesto la necesidad de una mayor cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el gusano barrenador. Es fundamental establecer protocolos de comunicación más eficientes y transparentes que permitan una respuesta coordinada ante la detección de nuevos casos. La inversión en investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para el control de la plaga también son cruciales para lograr una solución a largo plazo.

Mientras tanto, la incertidumbre se cierne sobre el futuro del comercio ganadero entre ambos países. La Presidenta Sheinbaum confía en que la frontera se reabra pronto, una vez que se demuestre que la situación está bajo control. Sin embargo, este nuevo episodio pone de relieve la fragilidad del equilibrio entre la protección sanitaria y el intercambio comercial, y la necesidad de encontrar soluciones que permitan a ambos países convivir con esta persistente plaga sin afectar la economía de la región. El reto está en encontrar un camino que garantice la salud animal y al mismo tiempo permita el desarrollo de un comercio justo y sostenible. La cooperación y el diálogo serán claves para alcanzar este objetivo.

Fuente: El Heraldo de México