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10 de julio de 2025 a las 06:15

Niña rescatada de extorsión en Monterrey

La angustia se apoderó de la familia de una niña de 13 años en la tranquila colonia Colinas de San Jerónimo, en Monterrey, la tarde del pasado martes 8 de julio. Una llamada telefónica, misteriosa y perturbadora, fue el detonante de una pesadilla que, afortunadamente, tuvo un final feliz. La menor, respondiendo a esa llamada, abandonó su hogar sin previo aviso, desvaneciéndose en la incertidumbre y dejando tras de sí la sombra del temor. Dos horas que se sintieron como una eternidad. Dos horas en las que la familia, con el corazón en un puño, movilizó cielo y tierra para encontrarla.

Inmediatamente, la familia reportó la desaparición a la Fiscalía General de Justicia del Estado. La edad de la niña, la naturaleza repentina de su partida y la falta de información encendieron todas las alarmas. La maquinaria de búsqueda se puso en marcha con una celeridad admirable. La ficha de la menor, con su fotografía y datos personales, se difundió con la velocidad del rayo. Las redes sociales se convirtieron en un aliado crucial, replicando la información en grupos vecinales y extendiendo el alcance del llamado a la colaboración ciudadana. La policía estatal, consciente de la urgencia del caso, desplegó un operativo de búsqueda que abarcó amplias zonas de la ciudad. Cada minuto contaba.

Mientras la búsqueda se intensificaba, la angustia de la familia crecía exponencialmente. La incertidumbre sobre el paradero de la niña, las posibles razones de su partida, y los peligros a los que podía estar expuesta eran una tortura incesante. Imaginen la desesperación de los padres, la impotencia ante lo desconocido, la plegaria silenciosa por el regreso sano y salvo de su hija.

Finalmente, la luz de la esperanza brilló en medio de la oscuridad. Dos horas después del reporte, la policía estatal localizó a la adolescente en el centro de Monterrey, dentro de una tienda de autoservicio en el cruce de las calles Madero y Escobedo. El alivio fue inmenso. La pesadilla había terminado.

Las primeras investigaciones revelaron que la niña había sido víctima de una extorsión telefónica. La llamada que la impulsó a salir de su casa formaba parte de un engaño perverso. Si bien los detalles de la extorsión no se han dado a conocer para proteger la integridad de la menor, este caso nos recuerda la importancia de estar alerta ante este tipo de delitos que se aprovechan de la vulnerabilidad y la confianza.

Según el relato de la madre, fue la propia niña quien la contactó, informándole que se encontraba en el centro de la ciudad. La intensa difusión de su fotografía y datos personales, combinada con la rápida respuesta de la policía y la colaboración de la comunidad, fueron claves para su localización. La niña, esperando ser rescatada en la tienda de autoservicio, demostró una valentía y una entereza admirables en una situación tan compleja.

Este caso nos deja importantes lecciones. Nos recuerda la importancia de mantener una comunicación abierta y fluida con nuestros hijos, de educarlos sobre los peligros que existen en el mundo digital y de fomentar su capacidad crítica para identificar situaciones de riesgo. Asimismo, destaca la importancia de la colaboración ciudadana y la rápida respuesta de las autoridades ante situaciones de emergencia. La unión de esfuerzos y la solidaridad pueden marcar la diferencia entre la tragedia y la esperanza. La historia de esta niña de 13 años es un testimonio de ello.

Fuente: El Heraldo de México