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10 de julio de 2025 a las 21:05

Madre buscadora, ¿ahora acusada?

La angustia se palpa en el aire, un nudo en la garganta que aprieta cada vez más fuerte con el paso de los días. Cuatro años han transcurrido desde que Perla Brillet Mendoza Castro, una joven enfermera llena de sueños, desapareció sin dejar rastro en Zacatecas. Su madre, con el corazón desgarrado y el temor atenazándola, se aferra a la esperanza y a la incansable búsqueda de su hija. "Ella solo quería capacitarse, prepararse para servir a los demás en el Seguro Social", susurra con voz quebrada, recordando la ilusión que brillaba en los ojos de Perla antes de partir.

La historia se tiñe de sombras y sospechas cuando se menciona a un médico, conocido de Perla durante sus prácticas en el hospital. Este hombre, ahora preso por la desaparición de otra mujer, se convierte en el principal sospechoso en el caso de Perla. "Él la conocía, sé que él sabe algo", afirma la madre con una convicción que nace de la desesperación. La sombra de la impunidad se cierne sobre el caso, amenazando con sepultar la verdad bajo un manto de silencio y complicidades.

Pero la lucha de esta madre no se limita a un solo culpable. El hermano del médico, aún prófugo, también es pieza clave en este rompecabezas de dolor. "Toda su familia lo sabe, estoy segura", repite incansablemente, mientras recorre cada rincón, cada callejón, con la esperanza de encontrar una pista que la conduzca a su hija.

Sin embargo, esta búsqueda incansable ha dado un giro cruel e inesperado. La familia del médico prófugo, lejos de mostrar empatía o colaboración, ha emprendido una campaña de hostigamiento y acusaciones contra la madre de Perla. La acusan de la desaparición del hermano, tejiendo una red de mentiras y manipulaciones para silenciarla y desviar la atención del verdadero problema. "Me vigilan, me siguen, me amenazan", denuncia con voz temblorosa, víctima de una injusticia que la revictimiza y la hunde aún más en el abismo del dolor.

La situación se agrava cuando se descubre que la persona que promueve estas acusaciones trabaja en el gobierno de Zacatecas. La madre de Perla busca amparo en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero se encuentra con la indiferencia y la burocracia. "Le falta una al gobernador, le falta mi hija", clama con desesperación, sintiendo el peso de un sistema que la abandona y la ignora. La negativa a tomar su denuncia, argumentando tecnicismos y suposiciones, la deja desamparada y sin herramientas para defenderse.

A la agonía de no saber el paradero de su hija, se suma la carga de un proceso penal en su contra. Acusada de la desaparición del hermano del médico, se enfrenta a un sistema judicial que parece empeñado en castigar a la víctima y proteger a los victimarios. "Estoy destrozada, muriéndome en vida", confiesa con una resignación que desgarra el alma.

La historia de Perla y su madre es un reflejo de la cruda realidad que viven muchas familias en México. La impunidad, la corrupción y la falta de acceso a la justicia se convierten en muros infranqueables que impiden encontrar la verdad y obtener justicia. La voz de esta madre se alza en medio del silencio, un grito desesperado que exige respuestas, que exige que la búsqueda de su hija no sea en vano. ¿Dónde está Perla? ¿Quién es responsable de su desaparición? Estas preguntas resuenan en el aire, esperando una respuesta que, hasta el momento, se niega a aparecer.

Fuente: El Heraldo de México