La historia entre Irina Baeva y el abogado Gustavo Herrera ha dado un giro inesperado. Lo que comenzó como una alianza contra Laura Bozzo, se ha convertido en una batalla legal donde la actriz rusa acusa a su ex representante legal de violencia mediática. Recordemos que Herrera fue quien llevó el caso de Baeva y Gabriel Soto contra la conductora peruana por difamación, tras los comentarios negativos que esta hizo sobre el inicio de su relación. Ahora, tras haber ganado la demanda, el abogado alega públicamente la falta de pago de sus honorarios por parte de la actriz.

Esta situación ha llevado a Baeva a solicitar y obtener medidas de protección contra Herrera a través del Supremo Tribunal de Justicia de la Ciudad de México. La actriz denuncia una campaña de desprestigio en su contra, orquestada por el propio abogado que la representó. “De pronto empiezo a recibir insultos, agresiones… son ataques de violencia a través de los medios de comunicación”, declaró Baeva, enfatizando que nunca recibió ninguna notificación oficial por parte de Herrera, solo ataques públicos.

Las medidas impiden que el abogado se acerque a la actriz, la intimide o la amedrente, extendiéndose también a cualquier tipo de declaración pública que la involucre. Esto busca frenar la supuesta campaña de desprestigio que Herrera estaría llevando a cabo.

Un punto crucial en esta disputa es el monto de la indemnización que Baeva y Soto deberían recibir de Laura Bozzo, que asciende a dos millones de pesos. La actriz afirma desconocer el estado actual del proceso y asegura no haber recibido notificación alguna ni sobre el cierre del caso ni sobre el dinero de la indemnización. “Desconozco… porque precisamente yo no tengo ninguna notificación, ningún requerimiento oficial por parte de absolutamente nadie”, declaró antes de tomar un vuelo a Los Ángeles.

Este conflicto coloca a Irina Baeva en una situación similar a la vivida por otras figuras del espectáculo como Ninel Conde y la propia Laura Bozzo, quienes también han tenido enfrentamientos públicos con el mismo abogado. Ante esta coincidencia, Baeva plantea la necesidad de unirse como género para frenar este tipo de agresiones. "Si tocan a una, tocan a todas", afirma la actriz, buscando solidaridad y visibilizando la vulnerabilidad de las mujeres ante este tipo de ataques mediáticos. La situación abre un debate sobre la ética profesional y la responsabilidad de los abogados al representar a figuras públicas, especialmente cuando las disputas legales se convierten en espectáculos mediáticos.

La pregunta que queda en el aire es: ¿cuál es la verdad detrás de las acusaciones cruzadas entre Irina Baeva y Gustavo Herrera? ¿Se trata de una estrategia del abogado para presionar el pago de sus honorarios o existe una motivación oculta? El tiempo y las investigaciones pertinentes arrojarán luz sobre este enredado caso que pone de manifiesto, una vez más, la complejidad de las relaciones en el mundo del espectáculo. Mientras tanto, la opinión pública sigue atenta al desarrollo de los acontecimientos, especulando sobre los posibles desenlaces de esta historia que parece sacada de un guión de telenovela.