
10 de julio de 2025 a las 09:15
INE: ¿Golpe a la democracia?
La danza de nombres y posiciones dentro del INE continúa su ritmo, dejando tras de sí una estela de interrogantes sobre el futuro del Instituto. La salida de figuras clave como Miguel Ángel Patiño y María Elena Cornejo, pilares en la organización de las elecciones de 2024, marca un punto de inflexión. Su experiencia, forjada a lo largo de años de servicio desde los tiempos de Woldenberg, deja un vacío difícil de llenar. Más allá de las etiquetas y las asociaciones —erróneas, cabe recalcar— con administraciones anteriores, su trayectoria habla por sí misma. Quienes hemos tenido la fortuna de coincidir con ellos en los pasillos del IFE y el INE, podemos dar fe de su profesionalismo, su dedicación y su compromiso inquebrantable con la institución. Su partida es una pérdida sensible, y la pregunta que queda flotando en el aire es: ¿quiénes podrán tomar la estafeta y garantizar la misma solidez y eficiencia en los procesos electorales venideros?
La llegada de Roberto Félix López a la Dirección de Organización, designado directamente por la presidenta Taddei, abre un nuevo capítulo en la historia del INE. Si bien la cercanía con la Presidencia puede interpretarse como una señal de confianza y alineación, también suscita inquietudes sobre la imparcialidad y la transparencia en la toma de decisiones. El comunicado escueto, que se limita a informar al Consejo General del cambio, deja entrever un giro hacia la concentración del poder en la figura presidencial. ¿Se está desdibujando el espíritu colegiado que caracterizaba al Consejo? ¿Qué implicaciones tendrá esta nueva dinámica en la construcción de consensos y en la legitimidad de las decisiones tomadas?
La reforma que otorgó a Taddei la facultad de realizar nombramientos sin el voto del Consejo, salvo en el caso de la Secretaría Ejecutiva, ha alterado significativamente el equilibrio de poderes dentro del INE. Si bien se argumentó que esta medida agilizaría los procesos, también se abre la puerta a potenciales sesgos y a la imposición de agendas particulares. La designación de Claudia Arlett Espino como Secretaria Ejecutiva, tras meses de incertidumbre y funcionarios encargados de despacho, pareció momentáneamente restablecer un cierto orden. Sin embargo, la persistencia de numerosos cargos ocupados de manera interina sigue siendo un foco de preocupación. ¿Se trata de una estrategia deliberada para mantener un control más directo sobre las áreas clave? ¿O es simplemente una consecuencia de la dificultad para alcanzar consensos en un Consejo General cada vez más polarizado?
El panorama actual del INE es complejo y exige un análisis cuidadoso. La salida de figuras experimentadas, la concentración de poder en la Presidencia y la persistencia de nombramientos interinos son factores que generan incertidumbre sobre el futuro de la institución. Es fundamental que la ciudadanía se mantenga vigilante y exija transparencia y rendición de cuentas para garantizar la imparcialidad y la eficacia de los procesos electorales. El INE es un pilar fundamental de nuestra democracia y su fortalecimiento es responsabilidad de todos.
La discusión sobre la colegialidad en la toma de decisiones es crucial. ¿Es más eficiente un modelo centralizado o uno que privilegie el consenso? ¿Qué riesgos implica cada uno de ellos? La experiencia de Patiño y Cornejo, construida a lo largo de años de servicio en el IFE y el INE, demuestra el valor de la experiencia y el conocimiento acumulado. ¿Cómo asegurar la continuidad y la transmisión de ese legado a las nuevas generaciones de funcionarios electorales? Estas son algunas de las preguntas que debemos plantearnos para construir un INE más sólido y democrático.
Fuente: El Heraldo de México