La sombra del desastre de la temporada pasada aún se cierne sobre los New York Giants. La decisión de prescindir de Saquon Barkley, un corredor estrella, en favor de una desorbitada confianza (y salario) depositada en Daniel Jones, se ha convertido en un ejemplo paradigmático de mala gestión. Mientras Barkley brillaba con más de 2,000 yardas totales y un anillo de Super Bowl con los Philadelphia Eagles, Jones se hundía en un mar de lesiones y un rendimiento mediocre, culminando en su despido y un paupérrimo récord de 3 victorias para los Giants. Un error garrafal que resonará por mucho tiempo en la Gran Manzana.

Si bien el panorama general fue desolador, un rayo de esperanza iluminó el horizonte: el novato Malik Nabers. Con más de 1,200 yardas por aire y siete touchdowns, Nabers demostró ser un diamante en bruto, un talento excepcional que brilló incluso en medio de la tormenta ofensiva que azotó al equipo. Su desempeño, considerando la inestabilidad en la posición de quarterback (Jones, Lock y DeVito), es simplemente admirable y una promesa para el futuro.

Este año, los Giants apuestan por la veteranía de Russell Wilson bajo centro, respaldado por el impredecible Jameis Winston, un jugador capaz de lo mejor y lo peor en cada lanzamiento. La llegada de Wilson, tras su paso por Denver y Pittsburgh, plantea interrogantes. Su declive es evidente, y la sombra del novato Jaxon Dart, reclutado en primera ronda, se cierne sobre él. Dart, un quarterback con tendencia a correr, representa el futuro de la franquicia y es probable que Wilson sea un mero puente hacia la era Dart.

La formación de Dart bajo la tutela de Brian Daboll, el artífice del ascenso de Josh Allen, será crucial. Daboll deberá pulir el diamante en bruto que es Dart, enseñándole a usar sus piernas con inteligencia y a desarrollar su potencial como pasador. En el juego terrestre, Tyrone Tracy y el novato Cam Skattebo, una fuerza bruta con limitaciones de velocidad, formarán una dupla interesante, aunque con interrogantes sobre su efectividad.

Donde sí se esperan mejoras sustanciales es en la defensa. Una inversión millonaria en agencia libre y la selección de Abdul Carter en el Draft prometen fortalecer una unidad que fue un coladero la temporada pasada. Carter, rotando con estrellas como Brian Burns y Kayvon Thibodeaux, tiene el potencial para convertirse en un cazador de quarterbacks de élite y ya se ha fijado el ambicioso objetivo de romper el récord de capturas para un novato.

Los Giants se encuentran en plena reconstrucción. Con pilares como Dart, Nabers y Carter, el futuro se vislumbra con optimismo, aunque el camino está lleno de desafíos. La temporada 2024 será una prueba de fuego para este equipo en transición. ¿Lograrán dar el salto de calidad? ¿Podrán dejar atrás la pesadilla del año pasado? Solo el tiempo lo dirá.

Diego Carreño

@diegocarrenoff