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10 de julio de 2025 a las 09:10
Descubre la Verdad: Malinche y México
La creciente ola de xenofobia y discriminación que ha inundado los medios de comunicación en los últimos días nos obliga a una profunda reflexión. Los incidentes de maltrato e insultos hacia nuestros connacionales, incluso dentro de nuestras propias fronteras, como en el lamentable caso de la “Lady Racista”, son una dolorosa muestra de la persistencia de prejuicios y actitudes intolerables. Si bien es alentador que las autoridades, como la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, condenen enérgicamente estos actos y reafirmen la política de inclusión que caracteriza a nuestro país, es crucial ir más allá de la condena y abordar las raíces de este problema.
México, históricamente, ha sido un refugio para quienes buscan escapar de la opresión y la violencia. Desde los argentinos que huyeron de la dictadura en los años 70 y 80, hasta los españoles que encontraron asilo durante el franquismo, nuestro país ha abierto sus puertas y extendido la mano solidaria a quienes lo necesitaban. Es una tradición de hermandad y acogida que forma parte integral de nuestra identidad nacional. Resulta paradójico, y francamente doloroso, que algunos extranjeros, olvidando esta historia de solidaridad, adopten actitudes de prepotencia y desprecio hacia los mexicanos, incluso llegando a creerse dueños de nuestras playas y calles.
La discriminación que sufren nuestros compatriotas en el extranjero, particularmente en Estados Unidos, es una realidad innegable. A pesar de ello, la solidaridad y el espíritu de ayuda que caracterizan a los mexicanos no se han extinguido. El reciente ejemplo de los mexicanos que arriesgaron sus vidas para rescatar a familias enteras durante las inundaciones en Texas es una prueba fehaciente de nuestra capacidad de empatía y nuestro compromiso con los valores humanos, incluso frente a la adversidad y la discriminación.
La historia de la joven mexicana que reside en España y sufre comentarios racistas disfrazados de bromas, nos recuerda que la discriminación puede manifestarse de formas sutiles, pero no por ello menos dañinas. Estos actos, perpetrados por quienes ignoran o menosprecian la historia de solidaridad entre nuestros pueblos, son una afrenta a la convivencia pacífica y al respeto mutuo. Es importante recordar que México también brindó refugio a los españoles durante la dictadura de Franco, un gesto de humanidad que debería inspirar reciprocidad y comprensión.
La gratitud es otro valor fundamental que define a los mexicanos. Nunca olvidamos la ayuda recibida y siempre estamos dispuestos a devolver el favor a quien nos tendió la mano. Por eso, la gran mayoría de los mexicanos damos la bienvenida a los extranjeros que vienen a vivir, trabajar o estudiar a nuestro país, enriqueciendo nuestra cultura y contribuyendo a nuestro desarrollo.
Sin embargo, la persistencia de la discriminación y la xenofobia nos obliga a confrontar una incómoda realidad. Como bien señala Gabino Palomares en su canción "La Maldición de Malinche", aún perdura una mentalidad colonial que nos lleva a menospreciar lo propio y a sobrevalorar lo extranjero. Mientras no superemos esta "enfermedad colonial", como la llama el cantautor, seguiremos siendo víctimas de nuestro propio desprecio y perpetuaremos un ciclo de discriminación y desigualdad. Es necesario un cambio de paradigma, una reivindicación de nuestros valores y una lucha constante contra cualquier forma de discriminación, venga de donde venga. Solo así podremos construir una sociedad verdaderamente inclusiva y justa para todos.
Fuente: El Heraldo de México