
10 de julio de 2025 a las 09:15
Descubre la magia Bretona y Morena
La sombra de André Breton, el padre del surrealismo, se extiende larga sobre México, un país que, según sus propias palabras, abrazaba lo absurdo como ningún otro. Setenta años de vida, marcados por la guerra, el psicoanálisis freudiano y la vibrante escena intelectual de su época, culminaron en un México que le ofrecía refugio bajo el ala protectora de Diego Rivera. La conexión con Trotsky, otro exiliado en tierras mexicanas, añade otra capa a la fascinante trama de su vida. Su muerte en 1966, víctima del asma y la desolación de su último hogar, resonó con la fuerza de un presagio. Miles de personas, muchos de ellos jóvenes, acudieron a su sepelio, anticipando la efervescencia del Mayo del 68 parisino, donde el espíritu surrealista alimentaría las consignas de la revuelta.
Es inevitable, al evocar a Breton, trazar un paralelo con el México actual, un país sumido en una "ilusión monetaria de bienestar", mientras la realidad económica se desmorona a su alrededor. La quiebra, aunque no reconocida abiertamente, se manifiesta en la dependencia de la deuda para sostener las necesidades básicas. Las transferencias monetarias y las remesas actúan como un velo, ocultando el fracaso de las políticas gubernamentales. Los indicadores son alarmantes: aumento de la pobreza extrema, un sistema de salud deficiente, deserción escolar, escasez de empleos y una inflación galopante.
El régimen actual se aferra a la presentación de obras faraónicas, auténticos elefantes blancos que, lejos de representar progreso, simbolizan el despilfarro y la falta de planificación. Proyectos concebidos en la fantasía de un solo hombre, sin el respaldo de estudios rigurosos, se han convertido en una sangría de recursos públicos. El silencio del nuevo gobierno ante esta realidad lo convierte en cómplice de un desfalco que continúa desangrando al país. No sólo los costos iniciales se dispararon, sino que ahora estos proyectos "insignia" demandan subsidios constantes y generan pérdidas millonarias.
Mexicana de Aviación, resucitada por un capricho del orgullo nacional, se hunde a un ritmo de 3.4 millones de pesos diarios. El Tren Maya, otra joya de la corona del actual gobierno, pierde 7.2 millones al día. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) acumula pérdidas de 1.2 millones diarios. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex, pilares de la economía nacional, registran pérdidas diarias de 743.9 y 2,136 millones de pesos, respectivamente. La suma de estas pérdidas, solo en estos casos emblemáticos, se acerca al billón de pesos anuales, una cifra astronómica que se financia con deuda y cuya demanda no parece tener fin.
La visita de Breton a México en 1938, acompañado de su esposa Jacqueline Lamba, causó una gran conmoción en los círculos intelectuales. Su estancia en el departamento de Lupe Marín y posteriormente en la casa-estudio de Diego y Frida Rivera, dejó una huella imborrable en la historia cultural del país. Sus lazos con figuras como Luis Cardoza y Aragón y el trágico Jorge Cuesta, enriquecen aún más la narrativa de su paso por México.
A la luz de la mirada surrealista de Breton, la locura de los proyectos idílicos del actual gobierno cobra una nueva dimensión. Su famosa frase, "No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo; México es el país más surrealista del mundo", resulta profética en el contexto actual. Lo que antes parecía una exageración, hoy se percibe como una afirmación conservadora ante la magnitud del despropósito. La realidad, una vez más, supera la ficción en un México que parece empeñado en desafiar los límites de lo absurdo.
Fuente: El Heraldo de México