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10 de julio de 2025 a las 09:15
Demolición en Álvaro Obregón: ¿Adiós al verde?
La recuperación de la Barranca Becerra Tepecuache no es solo una victoria para el medio ambiente, sino una muestra tangible del compromiso del Gobierno de la CDMX con la justicia territorial. Imaginen un espacio de más de dos mil metros cuadrados, antes sofocado por construcciones irregulares y desechos, ahora respirando de nuevo, listo para ser reintegrado a la ciudad como un pulmón verde. Este no es un simple operativo de limpieza, es una declaración de intenciones: el suelo de la capital es un bien común, un patrimonio que debemos proteger y disfrutar todos, no un terreno susceptible a la ocupación informal y la degradación.
La imagen de 184 metros cúbicos de residuos retirados de la barranca es impactante. Equivale a varias albercas olímpicas llenas de escombros, madera, lonas, metal… Materiales que no solo contaminaban el suelo y el agua, sino que representaban un peligro latente para la salud y la seguridad de quienes habitaban precariamente en la zona. Ahora, ese espacio está libre de esa carga, listo para iniciar un proceso de sanación y renaturalización.
Es fundamental destacar la sensibilidad y el diálogo que precedieron a la intervención. No se trató de un desalojo abrupto, sino de un proceso que involucró mesas informativas, notificaciones y la búsqueda de alternativas de vivienda digna para las familias afectadas. Se reconoció la complejidad de la situación y se priorizó el bienestar de las personas, en paralelo con la protección del medio ambiente. Este enfoque humano es clave para la construcción de una ciudad más justa y sostenible.
La coordinación entre las distintas dependencias del Gobierno de la CDMX, desde la Sedema hasta la SGIRPC, pasando por la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la PAOT, demuestra la importancia que se le otorga a la recuperación de los espacios verdes. La logística impecable, que incluso aprovechó la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Agua Clara Santa Fe como base operativa, minimizó las molestias a la comunidad y optimizó el uso de los recursos públicos. Este tipo de sinergia interinstitucional es un ejemplo a seguir en futuras intervenciones.
La Barranca Becerra Tepecuache, liberada de la presión de la ocupación informal, tiene ahora la oportunidad de convertirse en un espacio de encuentro para la comunidad. Imaginemos senderos para caminar, áreas de recreación, talleres de educación ambiental… Un lugar donde la naturaleza y la ciudad se reconcilien, para beneficio de todos. Este es el futuro que se vislumbra para los espacios verdes de la capital, un futuro de justicia territorial, bienestar colectivo y respeto por el medio ambiente. La recuperación de esta barranca es solo el comienzo de un proceso de transformación que promete una ciudad más verde, más habitable y más justa para todos sus habitantes.
El éxito de este operativo, celebrado por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la participación ciudadana en la protección de nuestro entorno. No basta con las acciones del gobierno, es necesario que cada uno de nosotros asumamos la responsabilidad de cuidar nuestros espacios verdes, denunciar las irregularidades y promover una cultura de respeto hacia la naturaleza. La Barranca Becerra Tepecuache es un recordatorio de que la ciudad que queremos es una construcción colectiva, donde la protección del medio ambiente y la justicia social van de la mano.
Fuente: El Heraldo de México