
10 de julio de 2025 a las 19:10
Camina como si fueras tarde y quema grasa
El simple acto de caminar, una actividad tan arraigada en nuestra cotidianidad, se revela como una herramienta poderosa para esculpir no solo nuestro cuerpo, sino también nuestra salud. Más allá de un mero desplazamiento, la ciencia nos desvela que una caminata ejecutada con la técnica correcta puede ser tan eficaz como una sesión en el gimnasio, combatiendo la grasa abdominal, acelerando el metabolismo y optimizando nuestros niveles de glucosa.
El Dr. David Carrizo, experto en nutrición y obesidad, desmitifica la idea de que cualquier paseo, por relajante que sea, nos brinda los mismos beneficios. La clave, según el especialista, radica en la intensidad. Olvídese de paseos tranquilos. Imagine que llega tarde a una cita importante: ese paso ligero, casi apresurado, pero sin llegar a correr, es el que activa los mecanismos quemadores de grasa y revitalizan nuestro metabolismo. No se trata de jadear, sino de sentir un ligero esfuerzo, ese punto en el que mantener una conversación se vuelve un poco más complejo.
Este ritmo, practicado con constancia, se convierte en un aliado para combatir la peligrosa grasa visceral, esa que se acumula en el abdomen y se relaciona con diversas enfermedades. Además, incrementa la sensibilidad a la insulina, clave para regular los niveles de azúcar en sangre y prevenir la diabetes.
La importancia de la postura y el calzado adecuado no debe pasarse por alto. Una postura erguida y unas zapatillas que brinden soporte adecuado son esenciales para evitar lesiones y maximizar los beneficios de la caminata. Imagine su cuerpo como una máquina perfectamente engrasada: cada componente debe funcionar en armonía para alcanzar su máximo rendimiento.
Si bien 30 minutos diarios de caminata a paso ligero pueden ser suficientes para obtener resultados notables, la Clínica Mayo subraya la importancia de individualizar la rutina. Factores como la edad, el estado físico actual y los objetivos personales deben ser considerados para determinar la duración e intensidad ideales.
Además del tiempo y la intensidad, la alimentación juega un papel crucial. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes y baja en grasas saturadas, complementa los beneficios de la caminata, potenciando la pérdida de peso y mejorando la salud en general.
El Dr. Carrizo destaca dos momentos del día especialmente propicios para la caminata: en ayunas y después de comer. Caminar en ayunas ayuda a quemar grasa de forma más eficiente, mientras que hacerlo después de comer contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre, previniendo picos de insulina. Sin embargo, es importante recordar que, en caso de padecer alguna condición médica, especialmente relacionada con la glucemia, es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de realizar cambios en la rutina.
La caminata, realizada con la técnica adecuada, se convierte en una herramienta terapéutica accesible a todos, una inversión en bienestar que no requiere costosos equipos ni suscripciones a gimnasios. Solo necesita sus piernas, constancia y la intención de priorizar su salud. Así, este gesto cotidiano se transforma en un acto de autocuidado, un paso firme hacia una vida más plena y saludable.
Fuente: El Heraldo de México