
10 de julio de 2025 a las 20:50
Adiós al Monzón Mexicano 2025: ¿Cuándo termina?
El monzón mexicano, ese visitante anual que nos trae consigo la promesa de la lluvia y el alivio del calor, ha hecho su entrada triunfal una vez más. Desde junio, sus torrenciales aguaceros han inundado nuestros campos, refrescando el aire y pintando el paisaje con tonos vibrantes de verde. Pero, ¿hasta cuándo nos acompañará este fenómeno climático? ¿Cuándo podremos guardar los paraguas y disfrutar del sol sin la amenaza constante de un chaparrón?
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) nos ilumina sobre este tema, explicando que el monzón es un fenómeno estacional de alcance global, que afecta a cuatro regiones del mundo, entre las que se encuentra nuestro México. Sus efectos, sin embargo, varían significativamente dependiendo de la zona geográfica. Mientras en el noroeste del país el monzón actúa como un bálsamo contra la sequía, en el noreste, paradójicamente, puede exacerbarla al absorber la humedad del Golfo de México. Una dualidad fascinante que nos recuerda la complejidad de la naturaleza.
Los meteorólogos, expertos en descifrar los secretos del cielo, nos indican que el monzón mexicano suele desplegar su manto de lluvia desde junio o principios de julio hasta septiembre, coincidiendo con la temporada de lluvias del Hemisferio Norte. Imaginen: tres meses de precipitaciones intensas, un verdadero diluvio que transforma el paisaje y renueva la vida.
Pero el monzón no solo se caracteriza por la abundancia de agua. Sus efectos van más allá de las simples lluvias. Las bajas temperaturas que hemos experimentado en el Valle de México en los últimos días son un claro ejemplo de ello. El monzón trae consigo un cambio en la dinámica atmosférica, un refrescamiento que se agradece en medio del calor estival.
Es importante destacar que, aunque el monzón es un fenómeno generalizado, sus manifestaciones son únicas en cada región. En algunas zonas, las lluvias pueden ser torrenciales, provocando inundaciones y deslaves. En otras, las precipitaciones son más moderadas, pero constantes, alimentando los ríos y mantos acuíferos. Esta diversidad de efectos hace del monzón un fenómeno aún más intrigante.
Así que, mientras disfrutamos del fresco respiro que nos brinda el monzón, recordemos que su presencia es temporal. Aprovechemos la oportunidad de contemplar la fuerza de la naturaleza y preparémonos para la llegada del otoño, una nueva estación que nos traerá consigo otros paisajes y otras historias. El ciclo de la vida continúa, y el monzón, fiel a su cita anual, volverá a visitarnos el próximo verano.
Fuente: El Heraldo de México