
9 de julio de 2025 a las 22:20
Sheinbaum: Paz para México
La búsqueda de la paz en México se ha convertido en una prioridad ineludible, un anhelo que resuena en cada rincón del país y que se materializa en estrategias como "Sí al desarme, sí a la paz". No se trata simplemente de un eslogan, sino de una filosofía que busca transformar la realidad, sustituyendo el sonido de las balas por el murmullo de la convivencia pacífica. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, desde la emblemática Basílica de Guadalupe, un lugar cargado de simbolismo y esperanza, ha enfatizado la importancia de esta iniciativa, recordándonos que la verdadera felicidad no reside en el poder destructivo de las armas, sino en la construcción de una sociedad justa, libre y democrática, donde la fraternidad sea el pilar fundamental.
Este anhelo de paz no se limita a un discurso, se traduce en acciones concretas. El gobierno federal se ha comprometido a construir un México donde las balas, en lugar de herir, se escondan y desaparezcan, un país donde la infancia pueda crecer sin el temor constante de la violencia. Imaginemos un México donde niñas y niños, sin importar su lugar de origen, puedan jugar libremente en las calles, donde la paz deje de ser un sueño lejano y se convierta en una realidad palpable en cada comunidad.
"Sí al desarme" significa silenciar el ruido de la violencia y dar paso a la alegría en las calles, a la felicidad en los hogares y al amor en los corazones. Es un llamado a la esperanza, a la construcción de un futuro donde la vida sea el valor supremo. Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ha destacado la importancia de una pedagogía de la paz, una educación que aleje a las nuevas generaciones del atractivo ilusorio de las armas, inculcando valores de respeto, tolerancia y convivencia.
El programa "Sí al desarme, sí a la paz", nacido en la capital del país, se consolida como una herramienta fundamental en esta lucha por la pacificación. Cada arma destruida representa una vida salvada, una familia protegida y un tejido social fortalecido. Pero la estrategia va más allá del simple retiro de armas; se enfoca en atender las raíces de la violencia, en transformar las condiciones que la propician. Programas como "Territorios de paz e igualdad", implementados en zonas vulnerables como Mixquic, Tepito, Topilejo y Tláhuac, buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes, ofreciendo acceso a servicios básicos, oportunidades de empleo, atención médica y una infraestructura digna.
Construir la paz es una tarea compleja que requiere un enfoque integral. No basta con retirar las armas; es necesario sembrar la cultura, promover el deporte, garantizar el acceso a la justicia y combatir las desigualdades que alimentan la violencia. Iniciativas como "Aldea Juvenil", que brinda alternativas a jóvenes en situación de riesgo, y "Do Re Mi Fa Sol", que dota de instrumentos musicales a escuelas públicas, son ejemplos de cómo se puede canalizar la energía de la juventud hacia actividades constructivas, sustituyendo las armas por la música, la violencia por la creatividad.
La meta de retirar mil armas en la ciudad para el 2025, en colaboración con la Secretaría de la Defensa Nacional, es un objetivo ambicioso pero alcanzable. Demuestra el compromiso de las autoridades con la construcción de un futuro más seguro y pacífico. La paz no se decreta, se construye día a día, con el esfuerzo conjunto del gobierno y la sociedad. Es una labor constante que exige compromiso, perseverancia y la convicción de que un México sin violencia es posible. Es un camino que debemos recorrer juntos, con la esperanza como brújula y la paz como destino.
Fuente: El Heraldo de México