
9 de julio de 2025 a las 21:15
Sheinbaum: ¿La presidenta de la paz?
En un emotivo acto celebrado en la Basílica de Guadalupe, con motivo del Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, no escatimó elogios para la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a quien calificó como "la presidenta de la paz". Sus palabras resonaron con fuerza en la emblemática basílica, ante la atenta mirada de representantes de la Iglesia Católica y autoridades federales. "Claudia Sheinbaum es la Presidenta de la Paz", reiteró con convicción, subrayando el compromiso del gobierno actual con la construcción de un México más seguro y pacífico.
La ceremonia sirvió como escenario para destacar los importantes avances del programa de desarme voluntario "Sí al desarme, sí a la paz". Rodríguez informó con orgullo que, entre enero y julio de 2025, se han logrado recuperar 2,135 armas y artefactos explosivos gracias a la confianza depositada por la ciudadanía en esta iniciativa. Detalló que, de este total, 1,585 corresponden a armas cortas, 550 a armas largas, y se suman también 200 granadas, cartuchos de dinamita, cápsulas fulminantes y la impresionante cifra de 85,000 cartuchos.
La secretaria no dejó pasar la oportunidad de expresar su profundo agradecimiento a todos aquellos que han decidido sumarse a esta causa. "Gracias a los hombres, a las mujeres, a las madres y abuelas que confiaron en el desarme voluntario", declaró conmovida. Resaltó la importancia de sacar las armas de los hogares, recordando que "la paz empieza en casa".
Más allá de las frías estadísticas, Rodríguez enfatizó el impacto humano de esta iniciativa. "No se trata sólo de cifras, sino de vidas humanas", afirmó con vehemencia. Cada arma entregada representa una tragedia evitada, una bala que no se disparó, una familia que no tuvo que sufrir la pérdida de un ser querido, una vida que no terminó truncada por la violencia, ya sea entre rejas o en la cama de un hospital.
El programa "Sí al desarme, sí a la paz" no solo busca retirar las armas de circulación, sino también transformar mentalidades y construir una cultura de paz en el país. Se trata de una apuesta a largo plazo que requiere la participación activa de todos los sectores de la sociedad. La confianza ciudadana, la colaboración entre autoridades e iglesia, y la firme determinación del gobierno son pilares fundamentales para alcanzar este ambicioso objetivo. El camino hacia la paz es un proceso continuo que exige esfuerzo, compromiso y la convicción de que un México sin violencia es posible. La ceremonia en la Basílica de Guadalupe sirvió como un recordatorio de la importancia de trabajar unidos para construir un futuro más seguro y esperanzador para todos los mexicanos. El llamado a la paz ha sido lanzado, y la respuesta ciudadana es clave para lograr un cambio verdadero y duradero. La esperanza reside en la construcción de una sociedad donde la paz sea el valor supremo, y donde las armas den paso al diálogo, la convivencia y la reconciliación.
Fuente: El Heraldo de México