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9 de julio de 2025 a las 09:00

¿Regresará Jesús en nuestra era?

El mundo digital se ha convertido en un hervidero de debates y especulaciones tras las sorprendentes declaraciones de Younghoon Kim, un surcoreano que afirma poseer el coeficiente intelectual más alto del mundo (276) y liderar la United Sigma Intelligence Association. Kim ha encendido la mecha de la controversia al anunciar, a través de un video viral, que ha recibido revelaciones divinas que predicen el inminente retorno de Jesucristo a la Tierra, un evento que, según él, ocurrirá durante nuestra generación. La peculiaridad de su argumento reside en la intrincada red que teje entre conceptos científicos de vanguardia y su profunda fe personal.

No se limita a una simple proclamación de fe, sino que busca fundamentar su premonición en la ciencia, invocando a figuras de la talla de Albert Einstein y citando principios de la física cuántica. Habla de la relatividad del tiempo, de la superposición y el entrelazamiento cuántico, creando un marco teórico – cuando menos, singular – que, según él, da plausibilidad a su visión. Kim insiste en que su afirmación no se basa en la "lógica humana", sino en una "revelación divina", un "llamado de Dios" que le ha permitido interpretar las señales proféticas que, según él, ya son palpables en nuestro tiempo.

La controversia se agudiza aún más cuando Kim vincula su elevadísimo coeficiente intelectual con la supuesta veracidad de su revelación. Argumenta que su excepcional capacidad mental no es un mérito personal, sino un “regalo profético”, una “señal de Dios” que le otorga la autoridad para anunciar el inminente regreso de Cristo. Este punto ha suscitado un intenso debate en las redes sociales y en diversos foros de discusión. Muchos se preguntan si un alto coeficiente intelectual, por muy extraordinario que sea, puede validar creencias de naturaleza trascendental y religiosa. ¿Es la inteligencia una medida para comprender lo divino? ¿Puede la ciencia, por sí sola, desentrañar los misterios de la fe? Estas son algunas de las preguntas que resuenan en el espacio digital.

La afirmación de Kim de un CI de 276 también ha despertado el escepticismo de muchos. Este número supera con creces los rangos de las pruebas de inteligencia estandarizadas y plantea interrogantes sobre su validez. ¿Existe alguna prueba que respalde esta afirmación? ¿Se trata de una autoproclamación sin fundamento? La falta de evidencia verificable ha alimentado las dudas y ha contribuido a la creciente ola de críticas.

El video, publicado originalmente en X (antes Twitter), ha acumulado millones de visualizaciones y generado miles de reacciones, convirtiéndose en un fenómeno viral. Comentarios de todo tipo inundan la red: desde aquellos que abrazan con fervor sus palabras, interpretándolas como una señal de esperanza en tiempos turbulentos, hasta los que las rechazan con vehemencia, calificándolas de delirios de grandeza o, incluso, de una elaborada estrategia de manipulación. Otros, adoptan una postura más cautelosa, invitando a la reflexión y al análisis crítico ante este tipo de afirmaciones.

Independientemente de la veracidad de sus premoniciones, el caso de Younghoon Kim pone de manifiesto el poder de las plataformas digitales para difundir ideas y generar debate a escala global. También nos invita a reflexionar sobre la compleja relación entre ciencia, fe y razón, y sobre la necesidad de un pensamiento crítico ante las afirmaciones extraordinarias, especialmente en la era de la información y la desinformación. El tiempo, como bien señala el propio Kim, quizá no sea lineal, pero será el único juez que determinará la validez de su profecía.

Fuente: El Heraldo de México