
9 de julio de 2025 a las 09:15
Mara aclara: ¿qué pasó realmente?
En la política mexicana, las palabras importan, y mucho. Y cuando esas palabras vienen cargadas de intención, como las pronunciadas por la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, durante un diplomado para cuadros políticos de Morena, resuenan con aún mayor fuerza. "No se enamoren del dinero, del poder, de los cargos… ni de la arrogancia", una frase que, en apariencia sencilla, encierra un mensaje directo a su propio partido y una clara delimitación del terreno político en el estado. No es un secreto que la figura de Lezama ha ido en ascenso dentro del panorama nacional, y su llamado a la austeridad y la humildad en el ejercicio del poder cobra especial relevancia en un contexto donde las ambiciones personales a menudo eclipsan las necesidades colectivas.
La declaración, sin embargo, no se quedó ahí. El toque picante, casi irreverente, lo puso la gobernadora con un "deslinde" del Partido Verde que resonó entre aplausos y carcajadas: "Yo ni calzones verdes tengo". Una frase coloquial, sí, pero cargada de significado político. Despeja las dudas, corta de tajo las especulaciones que, durante meses, han intentado ubicarla dentro de la esfera de influencia del Verde. Si bien es cierto que Morena y el PVEM han sido aliados electorales en varias ocasiones, Lezama deja claro que su compromiso es con el partido guinda, no con Jorge Emilio González, el líder moral del Verde, ni con sus intereses.
En Quintana Roo, el Verde ha operado, como en muchos otros estados, buscando espacios, acomodándose, adhiérendose a las estructuras de poder. Pero la gobernadora Lezama parece estar marcando una línea divisoria. La alianza a nivel nacional se mantiene, pero la tolerancia a las viejas prácticas del Verde, a las cuotas de poder, al reparto discrecional, parece haber llegado a su fin. ¿Qué significa esto para el futuro político de Quintana Roo? ¿Se mantendrá la alianza en 2027 o cada partido irá por su lado? Es pronto para saberlo, pero lo cierto es que el mensaje de Lezama ha generado un nuevo escenario político en el estado, un escenario donde la gobernadora se muestra fuerte, decidida y con una visión propia.
Y hablando de reconfiguraciones, el Instituto Nacional Electoral (INE) también está experimentando cambios significativos. Tras dos procesos electorales de gran envergadura, la elección presidencial de 2024 y la extraordinaria elección judicial de 2025, se respira un aire de renovación en el instituto. Ciertos ciclos se cierran y se abren paso nuevos liderazgos. Es un proceso natural en cualquier institución, especialmente después de periodos de alta exigencia y desgaste.
En este contexto de reajuste, destaca la renuncia de Miguel Ángel Patiño a la Dirección de Organización Electoral, efectiva a partir del 15 de julio. Su gestión, lejos de facilitar la operación durante los procesos electorales, se caracterizó por la tensión y la inercia. Se le ha señalado por su falta de disposición al trabajo coordinado, su resistencia al diálogo con la Presidencia del Consejo General y su cercanía con grupos que buscaban obstaculizar decisiones estratégicas. La salida de Patiño representa una oportunidad para el INE de fortalecer su estructura interna, promover la colaboración y avanzar hacia una gestión más eficiente y transparente. El instituto necesita sumar, necesita unidad, necesita renovarse para afrontar los retos que le depara el futuro. La reconfiguración interna del INE es un tema crucial para la democracia mexicana y seguiremos atentos a los próximos movimientos dentro del instituto.
Fuente: El Heraldo de México