
9 de julio de 2025 a las 22:05
Jamón vegano reprobado: ¿y la proteína?
En un mundo donde la alimentación consciente gana terreno, la transparencia y la veracidad en el etiquetado de los productos se convierten en pilares fundamentales para una decisión de compra informada. Este mes, la Revista del Consumidor nos alerta sobre una problemática que afecta directamente a los amantes del jamón: la proliferación de productos que se disfrazan bajo esta denominación sin cumplir con los requisitos mínimos. El caso del jamón vegano "Benji" ilustra a la perfección esta preocupante tendencia.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha puesto la lupa sobre este producto, destapando una serie de irregularidades que ponen en jaque la confianza del consumidor. Según la normativa vigente, "Benji" debería especificar claramente en su empaque que se trata de un producto "similar" al jamón, ya que su composición, a base de vegetales, dista mucho de la tradicional carne de cerdo o pavo. Este detalle, aparentemente menor, tiene implicaciones significativas, ya que induce al error al consumidor que busca un producto cárnico y se encuentra con una alternativa vegetal sin la debida aclaración.
La NOM-158-SCFI-2003, referente a la denominación y clasificación del jamón, es contundente al respecto. No solo establece los parámetros para considerar un producto como "jamón", sino que también regula la información que debe aparecer en el empaque. "Benji", al imitar la presentación visual de los jamones tradicionales, incurre en una falta que confunde al comprador y lo priva de la información necesaria para tomar una decisión de compra consciente.
La Profeco, en su labor de proteger al consumidor, no ha dudado en reprobar este producto por considerarlo engañoso. La falta de transparencia en el etiquetado, al omitir la información crucial sobre su naturaleza vegetal, constituye una práctica desleal que atenta contra los derechos del consumidor. Es imperativo que las empresas asuman la responsabilidad de informar con veracidad y claridad sobre la composición de sus productos, evitando estrategias de marketing que induzcan a la confusión.
Más allá del caso específico de "Benji", este análisis nos invita a reflexionar sobre la importancia de leer detenidamente las etiquetas de los productos que consumimos. El exceso de sodio, un problema común en muchos embutidos, puede tener consecuencias negativas para la salud, incrementando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y renales. En un país donde el jamón forma parte de la dieta diaria, conocer su origen, composición y calidad se convierte en una necesidad para proteger nuestro bienestar.
La Profeco, a través de la Revista del Consumidor, nos brinda las herramientas para ser consumidores informados y exigentes. No se trata solo de elegir un producto por su sabor o precio, sino de conocer a fondo lo que estamos consumiendo y asegurarnos de que cumple con las normativas y no atenta contra nuestra salud. La transparencia en el etiquetado es un derecho que debemos exigir y las empresas tienen la obligación de garantizar. La salud está en juego.
El mercado actual nos ofrece una amplia gama de productos que buscan imitar el sabor y la textura del jamón tradicional. Sin embargo, no todos cumplen con los mismos estándares de calidad y composición. La diferencia entre un "jamón" y un "producto similar al jamón" reside no solo en sus ingredientes, sino también en el cumplimiento de las normativas vigentes. La información es nuestra mejor aliada para tomar decisiones de compra inteligentes y proteger nuestra salud.
Recordemos que el precio no siempre es sinónimo de calidad. Muchos productos que se venden a precios más bajos pueden contener aditivos o niveles de sodio superiores a los recomendados. Informarse y comparar las etiquetas es una práctica fundamental para elegir la opción más saludable y que se ajuste a nuestras necesidades. No dejemos que el marketing nos engañe. La salud es lo primero.
Fuente: El Heraldo de México