
9 de julio de 2025 a las 14:15
Horror en Chimalhuacán: bebé asesinada
La tragedia ha golpeado con fuerza a la comunidad de San Pablo, en Chimalhuacán, Estado de México. El descubrimiento del cuerpo sin vida de una niña de tan solo dos años, sepultado bajo un sillón en su propia casa, ha dejado a vecinos y autoridades conmocionados. La revelación, proveniente de la hermana mayor de la víctima, una pequeña de cuatro años que también presentaba signos de maltrato, ha destapado un horrendo crimen que ha sacudido los cimientos de esta localidad.
Imaginen la escena: una niña de cuatro años, con moretones en su frágil cuerpo, revelando con voz temblorosa el terrible secreto que guardaba. Un secreto que ningún niño debería conocer, un secreto que le robó la inocencia y la tranquilidad. Su padre, el hombre que debía protegerla, había asesinado a golpes a su hermanita menor y la había enterrado bajo un sillón, en un intento desesperado por ocultar su atrocidad. Este acto de barbarie nos deja sin aliento, nos obliga a preguntarnos cómo es posible que ocurran semejantes horrores en nuestro entorno.
Los abuelos maternos, alertados por el estado de la niña mayor, descubrieron la macabra escena. La tierra removida bajo el sillón confirmó sus peores temores. El pequeño cuerpo sin vida de su nieta yacía allí, silenciado para siempre. La madre de las menores, Alma Sofía “N”, de 23 años, y el padre, presunto autor del crimen, se encontraban ausentes del domicilio. Su paradero, hasta el momento, se desconoce, lo que aumenta la angustia y la incertidumbre que envuelven este caso.
Las autoridades, representadas por la Policía Municipal de Chimalhuacán y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), se han movilizado rápidamente. El área fue acordonada, se realizó el levantamiento del cuerpo y se ha iniciado una carpeta de investigación por el delito de feminicidio. La justicia debe prevalecer y el responsable de este acto inhumano debe ser encontrado y castigado con todo el rigor de la ley.
El testimonio de los vecinos completa el desolador panorama. El presunto asesino, según relatan, era consumidor de drogas, estaba desempleado y ejercía violencia contra su familia. Las niñas, al parecer, no recibían la atención adecuada por parte de su madre, y en ocasiones dependían de la caridad de los vecinos para alimentarse. Esta situación de vulnerabilidad nos interpela como sociedad, nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la protección de la infancia y la necesidad de crear redes de apoyo para las familias en situación de riesgo.
La comunidad de San Pablo, consternada por la tragedia, ha expresado su dolor y su indignación. Fotos y veladoras han sido colocadas afuera del domicilio donde ocurrió el crimen, como un símbolo del recuerdo de la pequeña víctima y un llamado a la justicia. El asesinato de esta niña de dos años nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de luchar contra la violencia en todas sus formas. No podemos permitir que estos horrores se repitan. Debemos trabajar juntos para construir un mundo donde la infancia sea protegida y respetada, un mundo donde la vida de cada niño sea valorada y cuidada. La memoria de esta pequeña víctima debe servir como un recordatorio constante de nuestra responsabilidad como sociedad.
Fuente: El Heraldo de México