
9 de julio de 2025 a las 18:20
Frenemos la gentrificación con vivienda social
La Ciudad de México, vibrante crisol de culturas y tradiciones, se enfrenta a una encrucijada. El fantasma de la gentrificación acecha sus barrios más emblemáticos, transformando el paisaje urbano y desplazando a comunidades arraigadas. La preocupación se palpa en el aire, en los rostros de quienes ven cómo el ritmo acelerado de la modernidad amenaza con borrar la identidad de sus hogares. La alarma no es infundada. El aumento desmedido de las rentas y el costo de la vivienda obligan a familias de toda la vida a abandonar los barrios que los vieron crecer, fracturando el tejido social y generando una profunda desigualdad.
La Presidenta Claudia Sheinbaum ha tomado el toro por los cuernos, reconociendo la gravedad del problema y proponiendo soluciones concretas. La construcción de vivienda social se erige como una pieza clave en esta estrategia, una apuesta por garantizar el derecho a una vivienda digna para todos los habitantes de la ciudad, sin importar su nivel socioeconómico. Sin embargo, la tarea no es sencilla. Se requiere un enfoque integral, una sinergia entre las distintas instancias gubernamentales y la participación activa de la sociedad civil para abordar las raíces del problema y construir un futuro más equitativo.
Más allá de las cifras y las estadísticas, la gentrificación tiene un rostro humano. Son las historias de familias que se ven obligadas a dejar atrás sus recuerdos, sus vecinos, sus raíces. Es la pérdida de la identidad de barrios que por generaciones han sido el corazón palpitante de la ciudad. En este contexto, las recientes protestas en colonias como la Condesa y la Roma se convierten en un grito desesperado, una llamada de atención ante la urgencia de actuar.
Es crucial diferenciar, sin embargo, las legítimas demandas de los vecinos de los discursos de odio y discriminación que, lamentablemente, se han colado en el debate. La xenofobia no tiene cabida en una ciudad tan diversa y plural como la Ciudad de México. Es fundamental promover el diálogo, la empatía y el respeto a la diferencia para construir una sociedad más justa e inclusiva.
La caída del empleo formal en el primer semestre de 2025 añade otra capa de complejidad al panorama. Si bien las cifras oficiales pintan un escenario preocupante, la Presidenta Sheinbaum se muestra optimista, confiando en la capacidad de la ciudad para recuperarse y retomar el impulso económico. La apuesta por las obras públicas y privadas, junto con el diálogo constante con el sector empresarial, se presentan como las herramientas clave para revertir la tendencia y generar nuevas oportunidades de empleo.
El reto es grande, pero no insuperable. La Ciudad de México, con su historia de resiliencia y su espíritu indomable, tiene la capacidad de superar esta crisis y construir un futuro más próspero y equitativo para todos sus habitantes. El camino no será fácil, pero con la participación de todos, con diálogo y con acciones concretas, podemos transformar la ciudad en un espacio donde la modernidad y la tradición convivan en armonía, donde todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad y donde la identidad de cada barrio se preserve como un tesoro invaluable. La gentrificación no es un destino inevitable, es un desafío que podemos y debemos superar.
Fuente: El Heraldo de México