La incertidumbre se cierne sobre Tijuana, Baja California, tras la desaparición de una familia completa. El silencio que rodea el paradero de Christian Pelcastre (46), Dulce Magallanes (43), su hijo Christian Pelcastre (22) y su sobrino Leonardo Pelcastre (14) ha generado una ola de angustia y preocupación que recorre a la comunidad. Desde la tarde del 4 de julio, cuando fueron vistos por última vez en el boulevard Bellas Artes de la colonia Ciudad Industrial, las horas se han convertido en días, y los días en una desesperante espera.

La Fiscalía General del Estado, consciente de la gravedad de la situación, ha emitido un llamado urgente a la ciudadanía para que colabore en la búsqueda. Cada minuto cuenta, cada pista, por pequeña que parezca, puede ser la clave para desentrañar este misterio y traer de vuelta a la familia Pelcastre. La angustia de sus seres queridos crece con el paso del tiempo, aferrándose a la esperanza de que cualquier información pueda arrojar luz sobre su paradero.

Las autoridades han difundido las características físicas de cada miembro de la familia, con la esperanza de que alguien, en algún lugar, pueda reconocerlos. Christian padre, de complexión mediana, tez morena y cabello rapado, con la mirada penetrante de sus ojos cafés claros y la barba que marca su rostro. Dulce, con su cabello lacio y negro, tez blanca y unos distintivos ojos verdes, lleva en su piel la marca indeleble de dos tatuajes: el nombre "Damián" y un símbolo de infinito, testimonios silenciosos de una historia personal que ahora se ve interrumpida por la incertidumbre. Christian hijo, de 22 años, se distingue por su complexión robusta, tez morena clara, cabello rizado y ojos color miel, mientras que Leonardo, el más joven, de tan solo 14 años, tiene una tez morena clara, cabello lacio y castaño, ojos cafés claros y un lunar en el cuello que lo hace único.

El fiscal de desaparecidos, Fidel Corvera, ha informado que la hija del matrimonio Pelcastre presentó la denuncia el mismo día de la desaparición, el 4 de julio, tras perder contacto con sus padres. La investigación, que se desarrolla con la máxima celeridad, ha incluido entrevistas con personas cercanas a la familia, como el dueño del predio donde trabajaba Christian padre. Este último ha declarado que el señor Pelcastre llevaba seis meses trabajando para él, y que desconocía cualquier motivo que pudiera explicar su desaparición. Tanto él como el dueño del terreno afirman no tener conocimiento de ninguna actividad ilícita relacionada con la familia.

Un elemento que añade complejidad al caso es el robo de un tráiler y una pipa, propiedad del dueño del predio, vehículos que fueron recuperados abandonados al día siguiente, el 5 de julio. Sin embargo, hasta el momento, no se ha establecido una conexión clara entre este robo y la desaparición de la familia. La hipótesis del secuestro parece descartarse, ya que no se ha solicitado ningún tipo de rescate.

La Fiscalía trabaja incansablemente en la recopilación de pruebas, incluyendo el análisis de las grabaciones de las cámaras de videovigilancia de la zona, con la esperanza de encontrar alguna pista que permita reconstruir los hechos y dar con el paradero de la familia. La comunidad se mantiene en vilo, unida por la esperanza de que Christian, Dulce, Christian hijo y Leonardo regresen pronto a casa. Cualquier información, por insignificante que parezca, puede ser crucial. La solidaridad y la colaboración ciudadana son fundamentales en estos momentos de angustia e incertidumbre.