
9 de julio de 2025 a las 23:15
El rock del narco: ¿Qué cantó Alex Lora?
La anécdota de Alex Lora y Rafael Caro Quintero se ha convertido en una especie de leyenda urbana del rock mexicano, un relato que nos transporta a una época turbia donde la música y el narcotráfico se entrelazaban en escenarios inesperados. Más allá de la simple curiosidad morbosa, este episodio nos invita a reflexionar sobre el poder de la música, capaz de trascender las barreras de la ley e infiltrarse hasta en los rincones más oscuros del poder. Imaginen la escena: el auditorio del Reclusorio Norte, un público peculiar compuesto por reclusos, y en medio de ellos, la figura imponente de Caro Quintero, uno de los hombres más buscados del país, expectante ante la presentación de El Tri.
La tensión en el ambiente debía ser palpable. Alex Lora, con su característico desparpajo, no se amedrentó ante la situación, continuando con su repertorio antes de llegar a la pieza solicitada, "Sara". Una canción de amor, aparentemente, pero con un trasfondo mucho más complejo. La letra, inspirada en la relación de Caro Quintero con Sara Cosío, hija de un prominente político, adquiría un nuevo significado en ese contexto, transformándose en un himno a un romance prohibido, teñido por la violencia y la clandestinidad.
El gesto de Caro Quintero, al solicitar la canción, revela una faceta humana, casi vulnerable, del capo. Buscaba consuelo, quizá, en la melodía que retrataba su historia de amor, un escape momentáneo de la realidad que lo confinaba tras las rejas. La música, en ese instante, se convertía en un puente entre dos mundos, el del rockero rebelde y el del narcotraficante poderoso, unidos por una canción.
El detalle del regalo posterior, las "patas de elefante" de licor, los refrescos y la ominosa bolsa con droga, añade una capa extra de surrealismo a la historia. Un obsequio extravagante, propio de la cultura del narco, que contrasta con la decisión de Lora de rechazarlo, consciente de las implicaciones que acarrearía. Este gesto, a su vez, nos habla de la integridad del músico, que a pesar de haber accedido a la petición del capo, mantuvo una línea ética, negándose a ser partícipe de sus excesos.
La historia de "Sara" no es un narcocorrido en el sentido estricto del término, pero sí comparte ciertos elementos. A diferencia de los corridos tradicionales, que narran las hazañas de los narcotraficantes, "Sara" se centra en la dimensión emocional, en el amor imposible entre un hombre poderoso y una mujer inalcanzable. Sin embargo, la figura del narcotraficante, omnipresente en la historia, imprime a la canción un sello particular, convirtiéndola en un testimonio de una época y un reflejo de la compleja relación entre la música y el poder. Es una canción que, más allá de su melodía, nos invita a reflexionar sobre las circunstancias que la inspiraron, sobre la fascinación que ejerce el mundo del narcotráfico y sobre la capacidad de la música para narrar historias, incluso las más oscuras y controvertidas. ¿Fue Alex Lora, consciente o inconscientemente, un cronista de su tiempo al componer "Sara"? La respuesta, quizá, se encuentre en los acordes de la canción y en las historias que se esconden detrás de ellos. Una historia que, sin duda, seguirá alimentando la leyenda de Alex Lora y El Tri, y que nos recuerda que la realidad, a veces, supera la ficción.
Fuente: El Heraldo de México