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9 de julio de 2025 a las 16:15

El misterio de las 33 toneladas de oro

La asombrosa historia del camión fantasma, cargado con una fortuna en oro y plata, que desapareció en la autopista Guadalajara-Colima, ha dado un giro aún más inesperado. Tras su reaparición, cual espectro en la noche, en el municipio de Acatlán, la trama se ha espesado con silencios, omisiones y un misterio que crece a cada minuto. ¿Dónde está el tesoro que transportaba? ¿Por qué la empresa minera, Grupo Bacis, y la transportista, a pesar de recuperar su vehículo, se niegan a presentar una denuncia formal por el robo? Las preguntas flotan en el aire, como el polvo que levanta un camión a su paso, sin encontrar respuestas claras.

La Fiscalía General del Estado de Jalisco, cual detective en una novela de suspense, ha confirmado el hallazgo del camión, intacto, con su matrícula federal reluciente bajo el sol jalisciense. Sin embargo, el corazón de la historia, el oro y la plata que supuestamente transportaba, ha desaparecido sin dejar rastro. Es como si la tierra se los hubiera tragado, dejando tras de sí un vacío tan pesado como las 33 toneladas de mineral que, según Grupo Bacis, se desvanecieron en el aire.

La empresa transportista, tras reconocer el vehículo como suyo, lo ha recuperado. Pero, en un acto que desafía toda lógica, ha decidido no presentar una denuncia formal. ¿Por qué? ¿Qué secretos esconden tras este silencio? El misterio se profundiza aún más con la actitud de Grupo Bacis, quien inicialmente denunció públicamente el robo, con detalles vívidos de un asalto perpetrado por delincuentes en dos vehículos, cerca de la carretera de Guadalajara. Sin embargo, ante la Fiscalía, la minera ha optado por el silencio, una mudez que resuena con más fuerza que cualquier grito.

Se prometió una denuncia ante el Ministerio Público Federal, una promesa que se ha disipado como el humo en el viento. La Fiscalía de Jalisco, en su papel de guardián de la justicia, no ha confirmado la versión de las 33 toneladas de oro y plata. La información, como el tesoro desaparecido, permanece en un limbo, oscilando entre la realidad y la ficción.

Ahora, la Fiscalía, con la meticulosidad de un arqueólogo buscando pistas en un yacimiento antiguo, mantiene bajo resguardo el camión, una pieza clave en este rompecabezas. El caso, como un río que cambia de curso, podría pasar a ser competencia federal, según lo estipulado en el Artículo 376 Ter del Código Penal Federal. Las posibles implicaciones legales para las empresas involucradas se ciernen sobre ellas como una tormenta en el horizonte.

¿Fue un robo real o una elaborada puesta en escena? ¿Dónde está el oro y la plata? ¿Qué motivó el silencio de las empresas involucradas? Las interrogantes se multiplican, alimentando las especulaciones y convirtiendo este caso en un verdadero enigma que mantiene en vilo a la opinión pública. La investigación continúa, con la promesa de desentrañar la verdad detrás de esta historia, una historia que parece sacada de las páginas de una novela de misterio.

Fuente: El Heraldo de México