La controversia entre Fabiola Martínez y Alex Montiel, el hombre detrás de la máscara del Escorpión Dorado, continúa escalando. Lejos de apaciguarse, el fuego avivado por el video de Martínez en YouTube, donde presenta su versión de la relación que mantuvo con el periodista, arde con más intensidad. La comediante regiomontana no solo ha refutado la afirmación de Montiel de que solo se vieron cuatro veces, sino que ha destapado una caja de Pandora llena de detalles íntimos, audios comprometedores y prendas que narran una historia muy diferente a la que el creador del Escorpión Dorado ha contado públicamente.

Martínez, con una mezcla de ironía y decepción palpable en su voz, desmenuza uno a uno los argumentos de Montiel. ¿Cuatro encuentros? Imposible, replica la comediante, enumerando ciudades y momentos compartidos: Monterrey, la vibrante Las Vegas, la cosmopolita Nueva York, de nuevo Monterrey, Los Ángeles… Un itinerario amoroso que difícilmente se construye en tan solo cuatro citas. Y la pregunta que lanza al aire resuena con fuerza: "¿A una persona que viste 4 veces le puedes decir ‘te amo’?". Una interrogante que deja al descubierto la incongruencia del relato de Montiel.

Las pruebas presentadas por Martínez no se limitan a un recuento de lugares. Los audios de WhatsApp, con la voz inconfundible de Montiel, son la pieza clave de su defensa. "Cosa hermosa, preciosa que no sale de mi cabeza. Te amo…", se escucha decir al periodista, con un tono que destila ternura y enamoramiento. "En cada despertar, ahí estaba tu sonrisa. Te amo", confiesa en otro audio, pintando un cuadro de un romance en plena ebullición, muy lejos de la descripción superficial que Montiel había dado de su relación con la comediante.

Y como si los audios no fueran suficientes, Martínez añade un elemento más a la ecuación: las prendas. No se trata de simples objetos, sino de testigos silenciosos de momentos compartidos. La gorra rosa con un trébol, recuerdo de una conferencia en Monterrey. La sudadera de Wakanda Forever, refugio contra el frío neoyorquino y cómplice de las hamburguesas devoradas con avidez. La chamarra de la UFC, "pesadota y grandotota como tú, cuate", dice Martínez con un toque de sarcasmo. Y finalmente, la pieza más significativa: una sencilla playera azul marino, entregada por Montiel con la romántica instrucción de usarla para dormir y así recordarlo durante la separación.

La narrativa de Martínez construye una historia de un romance que va más allá de encuentros esporádicos. Un romance con viajes, declaraciones de amor, regalos y la intimidad que se teje entre dos personas que comparten momentos especiales. El contraste entre esta versión y la fría declaración de Montiel genera una incógnita que flota en el aire: ¿cuál es la verdad detrás de esta historia? ¿Qué llevó a Alex Montiel, el irreverente Escorpión Dorado, a minimizar una relación que, según las pruebas presentadas por Fabiola Martínez, fue mucho más profunda de lo que él ha querido reconocer? La polémica está servida y el público, ávido de respuestas, espera la réplica de Montiel a estas explosivas revelaciones.