
9 de julio de 2025 a las 03:05
Adolescente con pitón causa pánico en el Metro
La tranquilidad del habitual traqueteo del Metro se vio interrumpida esta mañana por una escena digna de una película de aventuras. Imaginen la sorpresa de los pasajeros de la Línea 3, en la estación Potrero, al encontrarse cara a cara con una pitón albina enroscada en el brazo de un joven. No, no era parte de una performance artística ni una broma elaborada. Eran las 11:00 horas del 8 de julio, y el reptil, de un blanco inmaculado con tenues manchas amarillas, parecía tan tranquilo como su joven dueño, un chico de apenas 17 años identificado como Diego "R".
La inusual escena no pasó desapercibida para un agente de la Policía Auxiliar, quien, en su recorrido habitual, notó la presencia del exótico animal. Con profesionalismo, el oficial se acercó al joven y le solicitó que se identificara y mostrara la documentación que acreditara la legal posesión de la serpiente. Según el informe oficial, Diego "R" no contaba en ese momento con los papeles necesarios, argumentando haber adquirido la pitón en una expo celebrada en Tlatelolco el año anterior. Un detalle que, sin duda, despierta interrogantes sobre la regulación y control en la venta de este tipo de animales exóticos.
Mientras tanto, en el andén, la expectación crecía. Los teléfonos móviles capturaban la imagen insólita, los murmullos se entrelazaban con el ruido de los trenes que llegaban y partían. ¿De dónde venía la serpiente? ¿Era peligrosa? ¿Qué hacía un joven con semejante mascota en el transporte público? Las preguntas flotaban en el aire, cargadas de curiosidad y, quizás, un toque de temor.
Ante la falta de documentación inmediata, los agentes condujeron a Diego "R" al cubículo de la jefa de estación. Allí, se contactó al padre del menor, Osiris "R", de 47 años, quien se presentó minutos más tarde no solo con la documentación en regla, sino también con la caja transportadora adecuada para el reptil, una pitón bola, conocida por su docilidad y popularidad como mascota. Finalmente, tras el pequeño revuelo y la comprobación de la legalidad, padre e hijo, junto con su peculiar acompañante, pudieron continuar su trayecto.
Este incidente, más allá de la anécdota, nos invita a reflexionar sobre la tenencia responsable de animales exóticos. Si bien la pitón bola no se considera una especie peligrosa, su presencia en un espacio público como el Metro, sin las medidas de seguridad adecuadas, genera inevitablemente inquietud. ¿Qué regulaciones existen en nuestra ciudad para la posesión de este tipo de mascotas? ¿Estamos preparados para convivir con la creciente presencia de animales exóticos en nuestro entorno urbano? Es fundamental promover la información y la concienciación para garantizar tanto el bienestar de los animales como la seguridad de la ciudadanía. La historia de Diego y su pitón en el Metro nos recuerda que la convivencia armónica requiere responsabilidad, respeto y, sobre todo, mucha información.
Fuente: El Heraldo de México