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8 de julio de 2025 a las 20:25

Tragedia en Sonora: Sheinbaum pide no politizar

La tragedia que ha enlutado a Hermosillo, Sonora, y conmocionado al país entero, nos obliga a una profunda reflexión sobre la violencia que permea nuestra sociedad. El asesinato de una madre y sus tres pequeñas hijas no es solo una estadística más, es un grito desgarrador que exige justicia y acciones concretas. Más allá de la indignación y el dolor, debemos preguntarnos ¿qué estamos haciendo mal como sociedad? ¿Cómo hemos llegado al punto en que la vida de una mujer y sus hijas se apaga de forma tan brutal?

Las palabras de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reflejan el sentir de millones de mexicanos: dolor, consternación e impotencia. Es cierto, politizar la tragedia no ayuda, lo que necesitamos son respuestas, acciones que nos permitan construir un México más seguro para todos, especialmente para las mujeres y las niñas. La cercanía con las víctimas, la empatía y el apoyo son fundamentales en estos momentos, pero no suficientes. Debemos ir más allá, debemos transformar el dolor en un motor de cambio, en un impulso para construir un futuro donde la violencia no sea la norma.

La detención del presunto responsable, anunciada por el gobernador Alfonso Durazo, es un primer paso, un paso necesario en el camino hacia la justicia. Sin embargo, la justicia no se limita a la captura y castigo del culpable. La verdadera justicia implica la creación de un entorno donde estos crímenes no ocurran, donde las mujeres y las niñas puedan vivir sin miedo, donde la vida sea valorada y protegida.

Este caso no puede quedar en el olvido, debe ser un recordatorio constante de la tarea pendiente que tenemos como sociedad. Es necesario fortalecer las instituciones, promover la cultura de la denuncia, garantizar el acceso a la justicia para las víctimas y, sobre todo, atacar las raíces de la violencia. La educación, la prevención y la atención a las causas sociales que alimentan la violencia son cruciales en esta lucha.

No podemos permitir que la violencia se normalice, que nos acostumbremos a las noticias de feminicidios y asesinatos. Cada vida perdida es una tragedia, una herida profunda en el tejido social. Debemos unirnos como sociedad, exigir a las autoridades que cumplan con su deber de protegernos y trabajar juntos para construir un México donde la paz y la seguridad sean una realidad para todos. La memoria de esta madre y sus hijas debe ser un faro que nos guíe en este camino. No podemos fallarles. No podemos permitir que su muerte sea en vano. El futuro de nuestro país depende de nuestra capacidad de transformar la indignación en acción, el dolor en esperanza. Es hora de actuar, es hora de construir un México mejor para todos.

Fuente: El Heraldo de México