
8 de julio de 2025 a las 09:15
Protege tu hogar con inteligencia.
En un contexto marcado por la creciente preocupación social en torno a la seguridad, las recientes reformas legislativas en materia de seguridad pública e inteligencia representan un paso crucial hacia la pacificación del país. Estas leyes, lejos de ser medidas improvisadas, son el resultado de un profundo análisis y debate que culminó en la aprobación de reformas constitucionales a finales del año pasado. Ahora, con la promulgación de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia, se sientan las bases para una coordinación más efectiva entre las distintas instancias de seguridad, desde las policías locales hasta la Guardia Nacional.
La Guardia Nacional, en particular, se consolida como un actor clave en este nuevo sistema. Su participación en la Conferencia Nacional de Secretarías de Seguridad Pública y en los Consejos Locales refuerza su carácter de policía civil de proximidad, al tiempo que se mantiene bajo la dirección de la Secretaría de la Defensa Nacional. Esta doble naturaleza, lejos de ser una contradicción, permite aprovechar la experiencia y disciplina de las fuerzas armadas en el combate al crimen organizado, sin descuidar la cercanía y el respeto a los derechos humanos que deben caracterizar a una policía civil.
Un aspecto fundamental de la reforma es la facultad otorgada a la Guardia Nacional para colaborar con la Fiscalía General de la República en la investigación de delitos. Esta medida permitirá una recolección de pruebas más eficiente desde el momento en que se produce un crimen, lo que a su vez contribuirá a una mayor eficacia en la persecución de los responsables. Además, la incorporación de herramientas de inteligencia de alta tecnología para las policías, centros de investigación y el Ministerio Público, permitirá cerrar la brecha tecnológica que durante años ha favorecido a las organizaciones criminales.
Es comprensible que surjan voces críticas ante cualquier reforma de esta envergadura. Sin embargo, las acusaciones de que estas leyes fueron aprobadas "al vapor" carecen de fundamento. El proceso legislativo ha sido exhaustivo y transparente, y las leyes resultantes son un reflejo de la voluntad política de fortalecer las instituciones de seguridad y proteger a la ciudadanía.
En cuanto a las preocupaciones sobre la privacidad, es importante destacar que la Ley del Sistema Nacional de Inteligencia establece claramente que cualquier intervención telefónica o digital requiere una orden judicial previa. Esto garantiza que las herramientas de inteligencia se utilicen de manera responsable y respetuosa de los derechos fundamentales de las personas. La privacidad es un valor fundamental, pero no puede ser un obstáculo para la lucha contra el crimen organizado. Es necesario encontrar un equilibrio entre la protección de la privacidad y la seguridad nacional, y estas leyes buscan precisamente ese equilibrio.
No podemos ignorar que la verdadera amenaza a la privacidad no proviene del Estado, sino de las organizaciones criminales y de las grandes corporaciones tecnológicas que recopilan y utilizan nuestros datos personales sin nuestro consentimiento. Mientras algunos se preocupan por la posibilidad de que el gobierno acceda a nuestros datos, las empresas tecnológicas ya lo hacen a diario, y a menudo con fines comerciales.
En conclusión, las reformas en materia de seguridad pública e inteligencia son un paso firme hacia un México más seguro. Son leyes que buscan dotar a las instituciones de las herramientas necesarias para combatir eficazmente al crimen organizado, sin sacrificar los derechos fundamentales de la ciudadanía. Es un paso necesario y responsable, que sienta las bases para un futuro más pacífico y próspero para todos los mexicanos.
Fuente: El Heraldo de México