
8 de julio de 2025 a las 09:25
¿Podría un tercer partido cambiar EEUU?
La irrupción de Elon Musk en el panorama político estadounidense, con su anuncio de la creación del Partido América, ha generado un terremoto de reacciones, la más notable, la del expresidente Donald Trump, quien no ha dudado en calificar la iniciativa de su antiguo aliado como un desastre. Este nuevo capítulo en la turbulenta relación entre ambos magnates abre un abanico de interrogantes sobre el futuro del sistema bipartidista estadounidense y el impacto que un tercer partido podría tener en las próximas elecciones.
La ruptura entre Trump y Musk, que se hizo pública en mayo pasado, se ha agudizado con el desacuerdo del empresario con la reciente ley de presupuesto impulsada por los republicanos. Musk critica los recortes a servicios sociales y las ventajas fiscales para las corporaciones, considerando que estas medidas perjudican a la mayoría de los ciudadanos. Su apuesta por un nuevo partido político, según sus propias palabras, busca “devolver la libertad” a los estadounidenses, una libertad que, en su opinión, se ve amenazada por un sistema que él define como "de partido único" disfrazado de democracia, dominado por la corrupción y el despilfarro.
La respuesta de Trump no se hizo esperar. Desde su plataforma Truth Social, el expresidente atacó la idea de Musk, argumentando que los terceros partidos solo generan "disrupción y caos", algo que, según él, ya abunda gracias a los demócratas. Si bien Trump acierta al señalar la histórica dificultad de los terceros partidos para consolidarse en el sistema bipartidista estadounidense, omite un detalle crucial: estos partidos suelen restar votos al partido en el poder. En el contexto actual, esto podría traducirse en una pérdida de apoyo para los republicanos, un escenario que sin duda preocupa a Trump.
El precedente histórico más relevante es la candidatura de Ross Perot en 1992. Perot, al igual que Musk, un empresario exitoso, logró captar un porcentaje significativo del voto popular, suficiente, según algunos analistas, para inclinar la balanza en contra del entonces presidente George H.W. Bush, impidiendo su reelección. ¿Podría repetirse la historia? Las elecciones legislativas de 2026 y las presidenciales de 2028 serán el escenario donde se pondrá a prueba la viabilidad del Partido América.
La propuesta de Musk podría canalizar el descontento de un sector del electorado republicano, especialmente entre los tradicionalistas que rechazan el estilo de gobierno de Trump, calificado por sus detractores como caótico y disruptivo, particularmente en materia económica, comercial y de política exterior. Sin embargo, el camino para Musk no será fácil. Organizar un partido con representación en los 50 estados y obtener la credibilidad necesaria son desafíos de gran envergadura. Su pasado "trumpista" y la dependencia de sus negocios de contratos gubernamentales son factores que podrían jugar en su contra.
La incógnita es si Musk logrará capitalizar el creciente descontento con el sistema bipartidista y construir una alternativa viable. ¿Será el Partido América un efímero espejismo o una fuerza política capaz de transformar el panorama político estadounidense? El tiempo lo dirá. Lo que sí es cierto es que la entrada de Musk en la arena política añade un nuevo elemento de incertidumbre a un escenario ya de por sí complejo y polarizado. El futuro del bipartidismo, la influencia de los magnates en la política y el rumbo que tomará el país en los próximos años son algunas de las preguntas que quedan en el aire tras este inesperado anuncio.
Fuente: El Heraldo de México