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8 de julio de 2025 a las 12:45
Paternidad: Un nuevo significado
La muerte, ese umbral inevitable, nos enfrenta a la tarea titánica de comprender nuestra propia existencia. Gastón García Marinozzi, con la valentía de quien se sumerge en las aguas profundas del dolor, nos invita a través de Instrucciones para matar al padre a un viaje introspectivo donde la orfandad, la paternidad y la migración se entrelazan como hilos de un mismo tapiz. La partida de su padre, ese detonante primordial, se convierte en la chispa que enciende una reflexión que trasciende lo meramente autobiográfico para resonar en una generación entera.
No se trata, aclara el autor, de un ajuste de cuentas personal, sino de la búsqueda de un lenguaje común que nos permita nombrar las heridas, las ausencias y las transformaciones que nos definen. El libro, concebido como un diario personal, es también un mosaico de lecturas, experiencias y reflexiones que se nutren mutuamente. Un patchwork, en sus propias palabras, donde la memoria, la ficción y la crítica cultural se entretejen para dar forma a un relato tan fragmentado y complejo como la vida misma.
La figura del padre, omnipresente en la literatura latinoamericana, se erige como un símbolo a desentrañar. Desde el autoritarismo de Pedro Páramo hasta la sombra de los dictadores en las novelas del Boom, la paternidad ha sido retratada con una mezcla de admiración y temor. García Marinozzi propone una relectura de este arquetipo, una mirada más compasiva hacia la figura del padre contemporáneo, consciente de sus propias limitaciones y en constante proceso de aprendizaje.
El concepto freudiano de “matar al padre”, lejos de ser una incitación a la violencia, se presenta como una metáfora de la emancipación. Es ese acto simbólico de liberación que nos permite tomar las riendas de nuestro propio destino. La orfandad, en este contexto, no se vive como una tragedia, sino como una conquista, la posibilidad de construir una identidad propia, libre del peso de las expectativas y los mandatos heredados.
La migración, esa experiencia vital que atraviesa fronteras y culturas, se configura como otro tipo de parricidio, un “parricidio geográfico”, como lo denomina el autor. Para echar raíces en una nueva tierra, a veces es necesario desprenderse del peso de la patria, de ese lastre emocional que nos impide avanzar. No se trata de renunciar a las raíces, sino de viajar ligero, con la libertad de quien se sabe ciudadano del mundo.
En un mundo donde la figura del migrante es a menudo estigmatizada y reducida a una estadística, García Marinozzi nos invita a una reflexión profunda sobre la identidad, ese proceso en constante construcción que se nutre de los encuentros y las transformaciones. Lejos de las visiones reduccionistas que asocian la migración con la delincuencia o la pobreza, el autor destaca el aporte invaluable que los migrantes realizan en los ámbitos económico, social y cultural.
El título, Instrucciones para matar al padre, es una provocación, una invitación a la reflexión desde la ironía. El humor, como un bálsamo ante el dolor, se entrelaza con la tristeza, la música y el amor en un relato que celebra la vida en toda su complejidad. Porque la muerte, aunque inevitable, no debe ser sinónimo de solemnidad. El duelo, como la vida misma, se compone de luces y sombras, de risas y lágrimas. Y es en esa amalgama de emociones donde encontramos la verdadera esencia de la experiencia humana.
Fuente: El Heraldo de México