Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Salud

8 de julio de 2025 a las 20:25

Milanesa con papas: ¿delicia o peligro?

El irresistible aroma de una milanesa recién hecha, ese crujido dorado al primer corte y la suave textura de las papas, ya sean fritas o al horno, son placeres difíciles de ignorar. Este plato, tan arraigado en nuestras cocinas, se ha convertido en un clásico reconfortante, una comida que evoca recuerdos familiares y sabores de la infancia. Pero, ¿qué hay detrás de esta deliciosa combinación? ¿Es realmente un enemigo de nuestra salud o podemos disfrutarlo sin remordimientos? Acompáñenos a desentrañar los secretos nutricionales de las milanesas con papas y a descubrir cómo integrarlas de forma inteligente en una dieta equilibrada.

Empecemos por el corazón del plato: la milanesa. Tradicionalmente, se elabora con carne empanizada, ya sea de res, pollo o cerdo, frita en abundante aceite. Este proceso, aunque delicioso, añade una cantidad considerable de grasas saturadas, especialmente si se utilizan aceites de baja calidad o se reutiliza el aceite varias veces. Además, el empanizado, a menudo elaborado con pan rallado y otros ingredientes, aporta carbohidratos refinados que, si bien nos dan energía rápida, no contribuyen significativamente a nuestra nutrición.

Las papas, fieles compañeras de la milanesa, también juegan un papel importante en el valor calórico del plato. Fritas, absorben gran cantidad de aceite, aumentando el contenido de grasas y calorías. Una porción generosa de milanesas con papas fritas puede llegar a contener entre 600 y 900 calorías, una cantidad significativa considerando la ingesta diaria recomendada. A esto se suma el sodio, presente tanto en la carne procesada como en los condimentos, que puede afectar la presión arterial si se consume en exceso.

Pero no todo está perdido. La buena noticia es que existen alternativas para disfrutar de este plato sin sacrificar nuestra salud. Una opción clave es hornear las milanesas en lugar de freírlas. Este simple cambio reduce drásticamente la cantidad de grasa absorbida, manteniendo el sabor y la textura crujiente. Para el empanizado, podemos optar por pan rallado integral o incluso utilizar avena molida, aportando fibra y nutrientes adicionales.

En cuanto a la carne, elegir cortes magros como pechuga de pollo sin piel o lomo de cerdo reduce el contenido de grasa saturada. También podemos experimentar con otras proteínas como pescado o incluso opciones vegetarianas a base de soja o seitán, ampliando así la variedad de nutrientes en nuestra dieta.

Las papas también pueden transformarse en una guarnición más saludable. Hornearlas o cocinarlas al vapor, en lugar de freírlas, conserva sus vitaminas y minerales, reduciendo al mínimo el aporte de grasas. Sazonarlas con hierbas aromáticas, especias o un toque de aceite de oliva virgen extra les da un sabor exquisito sin necesidad de recurrir a la sal en exceso.

Para completar el plato y convertirlo en una opción verdaderamente nutritiva, podemos añadir una generosa porción de ensalada fresca. Verduras de hoja verde, tomates, pepinos, zanahorias… las posibilidades son infinitas. La ensalada no solo aporta vitaminas, minerales y fibra, sino que también ayuda a equilibrar la ingesta calórica y a sentirnos saciados por más tiempo.

Finalmente, la clave para disfrutar de las milanesas con papas sin culpas radica en la moderación. Incluirlas en nuestra dieta de forma ocasional, una vez por semana o cada quince días, como parte de un plan de alimentación equilibrado y variado, nos permite disfrutar de su sabor sin comprometer nuestra salud. Recordemos que una alimentación saludable no se trata de restricciones, sino de elecciones inteligentes que nos permitan disfrutar de la comida y nutrir nuestro cuerpo al mismo tiempo.

Fuente: El Heraldo de México