Queridos amigos, seguidores, familia… ¡y a la vida misma! Después de lo que parecieron años, pero que el calendario insiste en que fueron casi cuatro meses, vuelvo a conectar con ustedes, aunque sea a través de esta pantalla. Escribo estas líneas desde la misma habitación de hospital en Dubái que me ha visto pasar por momentos… digamos, desafiantes. Sin embargo, el tono que quiero imprimirle a este mensaje es de profunda gratitud y, me atrevo a decir, ¡de optimismo!

Sé que la preocupación ha sido mucha. Las noticias, a veces, vuelan más rápido que la propia recuperación y entiendo la angustia que mi silencio pudo haber causado. Por eso, quiero comenzar agradeciendo, de corazón, a cada uno de ustedes. A los que han inundado mis redes con mensajes de aliento, a los que han encendido una vela por mi salud, a los que han compartido una oración, a los que simplemente han pensado en mí con cariño. Sus buenas vibras han traspasado muros y fronteras, llegando hasta aquí, hasta esta habitación, y se han convertido en un bálsamo para el alma. Créanme, lo he sentido.

No puedo dejar de mencionar al increíble equipo médico que me ha atendido. Su profesionalismo, dedicación y, sobre todo, su humanidad, han sido fundamentales en este proceso. Desde las enfermeras que me han cuidado con paciencia infinita, hasta los médicos que han velado por mi salud con una precisión admirable, a todos ellos, mi más sincero agradecimiento. Son verdaderos ángeles de la guarda.

A mi familia, mis amigos, mi pilar… ¿qué puedo decir? Su amor y apoyo incondicional han sido mi motor en los momentos más oscuros. Sus visitas, sus llamadas, sus mensajes llenos de cariño, me han recordado la fuerza que reside en los lazos que nos unen. Gracias por estar ahí, siempre.

Ahora, hablando de mi salud. Sigo en recuperación, sí, pero con pasos firmes hacia adelante. Cada día es una pequeña victoria, una nueva oportunidad para agradecer y para seguir luchando. El camino aún es largo, lo sé, pero lo afronto con la mejor medicina: el cariño de todos ustedes y la certeza de que lo mejor está por venir.

No quiero extenderme mucho más, pero no podía dejar pasar la oportunidad de compartir con ustedes esta buena nueva: ¡estoy de vuelta! Poco a poco, iré retomando mi actividad en redes sociales, compartiendo mi proceso y, sobre todo, agradeciendo la inmensa ola de amor que he recibido.

De nuevo, gracias, gracias, gracias. Desde el fondo de mi corazón, gracias. Nos vemos pronto, más fuertes y con más ganas que nunca. ¡Un abrazo enorme desde Dubái! Y recuerden, la vida es un regalo, ¡vivámosla al máximo!