La tragedia que ha enlutado a Hermosillo, Sonora, comienza a esclarecerse. Un crimen que ha conmocionado a todo el país, el asesinato de Margarita "N" y sus tres pequeñas hijas, parece encontrar un responsable: Jesús Antonio "N", quien mantenía una relación sentimental con la víctima. La Fiscalía General de Justicia del Estado, en una rueda de prensa que mantuvo en vilo a la sociedad sonorense, detalló paso a paso la reconstrucción de los hechos, un relato estremecedor que nos deja sin aliento.

Imaginen la escena: una tarde aparentemente normal, el 3 de julio, entre las 4 y 5 de la tarde. Margarita "N", llena de ilusión, posiblemente, se embarca en un viaje a Bahía de Kino con sus tres hijas, dos de once años y una de tan solo nueve. Acompañándolas, el hombre que ahora se señala como su verdugo, Jesús Antonio "N". Un viaje que se transformaría en una pesadilla.

Horas más tarde, alrededor de las 8 de la noche, la alegría se convierte en horror. En el entronque de la carretera 36 con la carretera Hermosillo-Bahía de Kino, cerca del poblado Miguel Alemán, la vida de Margarita "N" es arrebatada por un disparo de arma de fuego. Su cuerpo, abandonado a la orilla de la carretera, un testimonio silencioso de la brutalidad. Un hallazgo que, al día siguiente, 4 de julio, conmocionaría a la comunidad.

Pero la tragedia no termina ahí. Jesús Antonio "N", lejos de mostrar arrepentimiento, continúa su camino, llevando consigo a las tres pequeñas, ahora huérfanas y a merced de su crueldad. Siete kilómetros más adelante, en un acto de barbarie indescriptible, les arrebata la vida. El 5 de julio, el colectivo Buscadoras Por La Paz, incansables en su labor, encuentra los cuerpos de las niñas, un golpe devastador para sus familias y para toda la sociedad.

La justicia, sin embargo, no se hizo esperar. En un operativo desplegado con precisión quirúrgica el 6 de julio, la Agencia Ministerial de Investigación Criminal logra la detención de Jesús Antonio "N". En el operativo, no solo se aseguró al presunto responsable de este atroz crimen, sino que también se encontraron indicios relacionados con el delito de narcomenudeo, un dato que añade otra capa de complejidad a este caso.

Las pruebas presentadas ante el juez, incluyendo peritajes, testimonios, cateos y la propia declaración del imputado, han sido contundentes. La vinculación a proceso y la prisión preventiva justificada son los primeros pasos hacia la justicia que las víctimas y sus familias merecen. La Fiscalía de Sonora, con la firmeza que el caso amerita, busca la pena máxima para Jesús Antonio "N": 70 años de cárcel, el máximo permitido por el Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Un castigo que, aunque no devolverá la vida a Margarita y sus hijas, al menos enviará un mensaje claro: la violencia contra las mujeres y las niñas no quedará impune.

Este caso nos obliga a reflexionar como sociedad. Nos confronta con la dolorosa realidad de la violencia de género y la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas. Nos recuerda la importancia de estar alerta, de denunciar cualquier indicio de violencia y de trabajar juntos para construir un futuro donde la vida de las mujeres y las niñas sea valorada y protegida. La memoria de Margarita y sus hijas debe ser un llamado a la acción, un recordatorio constante de que la lucha contra la violencia es una tarea de todos.