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8 de julio de 2025 a las 17:50

El hogar de Don Ramón en CDMX

La nostalgia nos invade al recordar las risas que nos regaló Don Ramón en "El Chavo del 8". Y con el reciente estreno de la bioserie "Chespirito: sin querer queriendo", la figura de Ramón Valdés ha vuelto a cobrar fuerza, despertando la curiosidad del público por conocer más sobre su vida, incluso sobre su hogar. Lejos del glamour y las excentricidades, la casa que albergó al entrañable personaje en la Ciudad de México durante la década de los 70 es descrita como "humilde", un reflejo de la sencillez que caracterizaba al actor.

Gracias a las redes sociales y a los recuerdos compartidos por sus familiares, podemos reconstruir un poco la imagen de este hogar. Un video publicado por su nieto, Miguel Valdés, nos transporta a la colonia Prado Churubusco, en la alcaldía Coyoacán, al sur de la capital. Una modesta casa de dos plantas, con ventanas de estilo retro, un pequeño jardín al frente y sin bardas, en lo que parece ser una tranquila calle cerrada. Un ambiente familiar, alejado del bullicio de la ciudad, donde Don Ramón construyó su vida junto a su familia.

Es conmovedor pensar en la vida cotidiana del actor en ese espacio, imaginarlo llegando a casa después de las grabaciones, compartiendo momentos con sus hijos, lejos del personaje que lo inmortalizó en la pantalla. Este contraste entre la fama y la sencillez de su vida privada humaniza aún más a Ramón Valdés, mostrándolo no solo como un comediante excepcional, sino también como un hombre de familia, con una vida simple y alejada de los reflectores.

La discreción con la que se maneja la información sobre la ubicación exacta de la casa es un gesto de respeto hacia la familia y los actuales residentes del lugar. Sin embargo, la mención de la cercanía a la estación del Metro Mexicaltzingo nos permite ubicar el área y sentirnos un poco más cerca del mundo de Don Ramón.

Además de la casa en la Ciudad de México, la familia Valdés también disfrutaba de una propiedad en Cuernavaca, Morelos, un refugio donde pasaban temporadas de descanso entre los años 60 y 80. Una fotografía compartida por su hija Carmen Valdés en Instagram nos muestra la entrada de esta casa, evocando momentos entrañables de convivencia familiar. Las palabras de Carmen, llenas de cariño y nostalgia, nos hablan de un padre amoroso y dedicado, que disfrutaba de la compañía de sus hijos y les brindaba momentos inolvidables.

Estos pequeños fragmentos de la vida privada de Ramón Valdés, lejos de los sets de grabación y del personaje que lo hizo famoso, nos permiten conocerlo desde una perspectiva más íntima y humana. Nos recuerdan que detrás del comediante, había un hombre sencillo, un padre de familia que valoraba los momentos simples de la vida. Y es precisamente esta sencillez y autenticidad lo que lo mantiene vivo en el corazón del público, generación tras generación.

Fuente: El Heraldo de México