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8 de julio de 2025 a las 20:35

El Ángel Negro: ¿Santo o Demonio?

La sombra del Angelito Negro se extiende sobre Pachuca, dejando tras de sí un escalofriante caso de violencia que ha conmocionado a la sociedad hidalguense. Dos agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) perdieron la vida tras acudir a la Capilla del Angelito Negro 666, un lugar siniestro donde se rinde culto a esta figura satánica. El pasado 5 de julio, los agentes se presentaron en el inmueble, ubicado en la colonia La Loma, con la intención de entregar dos citatorios relacionados con un caso de violencia familiar. Sin embargo, lo que parecía un procedimiento rutinario se convirtió en una tragedia. Los miembros de la secta, que opera en este lugar desde hace más de una década, retuvieron y agredieron brutalmente a los policías.

Horas después, elementos de la policía investigadora de la PGJEH lograron detener a cuatro personas, pero el daño ya estaba hecho. Uno de los agentes falleció en el lugar de los hechos, mientras que el otro, a pesar de haber sido hospitalizado, sucumbió a sus heridas este lunes. La indignación y el dolor de los familiares de las víctimas son palpables. Han alzado la voz, señalando la responsabilidad de los mandos policiacos, lo que ha derivado en la destitución de la comandante del grupo de investigación del Centro de Justicia para Mujeres, Patricia Moya. Este caso ha puesto en el ojo público el creciente culto al Angelito Negro, una representación mexicana de Lucifer, el ángel caído que, según la tradición católica, reina en el infierno. La primera capilla dedicada a esta figura se encuentra precisamente en Pachuca, donde cada 13 de diciembre, un día después de la celebración a la Virgen de Guadalupe, sus seguidores se congregan para rendirle homenaje.

Las prácticas de esta secta, que ha ganado adeptos en los últimos años, se asemejan a las de la santería, incluyendo ofrendas de animales. Los rituales involucran azotes y autolesiones realizadas en medio de círculos o pentagramas dibujados con sangre y veladoras. También se llevan a cabo bailes en honor a Lucifer, como el que se realiza en la calle de Carpintería, en el barrio de Tepito, Ciudad de México, un lugar conocido por su actividad comercial y, lamentablemente, también por la presencia de grupos delictivos.

La conexión entre el culto al Angelito Negro y el crimen organizado es un tema preocupante. En diversos operativos policiales, se han encontrado altares dedicados a esta figura en inmuebles pertenecientes a narcomenudistas y extorsionadores de la Unión Tepito. Las representaciones del Angelito Negro varían, desde muñecos con cuernos y tenis, hasta figuras de charros en tronos, ya sea en su versión adulta o como un niño pequeño. Este caso en Pachuca nos obliga a reflexionar sobre la complejidad del panorama social y la proliferación de cultos que, amparados en la libertad de credo, pueden derivar en actos de violencia extrema. La investigación continúa y se espera que se haga justicia para los agentes caídos, mientras la sociedad se pregunta cómo enfrentar la creciente influencia de estas oscuras creencias.

Fuente: El Heraldo de México