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7 de julio de 2025 a las 09:15

Secretos Oscuros de Chicago

La traición se ha colado en las entrañas del imperio del Chapo. Ovidio Guzmán López, "El Ratón", se convertirá en el Judas de la familia, el primer soplón al servicio de la DEA. Una ironía del destino que ve al enemigo jurado del narcotráfico aliarse con la descendencia del hombre que alguna vez consideraron el criminal más poderoso del mundo. ¿Qué información guarda este "Ratón" en su madriguera? ¿Será suficiente para derribar el castillo de naipes que construyó su padre?

La comparecencia de Ovidio ante la jueza Sharon Jonson Coleman no será un simple trámite. Es el inicio de una nueva era, la era del canario que canta desde la jaula dorada de la cooperación. A diferencia de otros "narco juniors" convertidos en informantes, como "El Vicentillo", Ovidio no posee el mismo peso, la misma envergadura. Sin embargo, su testimonio, sea real o fabricado, es la primera semilla de discordia que la DEA siembra en el terreno fértil de Los Chapitos.

Mientras el Chapo se consume en la soledad de su celda en Florence, Colorado, sus hijos se convierten en peones de un juego macabro. Ovidio, y posiblemente Joaquín, quien también negocia su rendición, se preparan para entregar a sus medios hermanos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, a las fauces del sistema. Una traición familiar que confirma la máxima del narcotráfico: no hay lazos de sangre, solo intereses.

Las familias de Ovidio y Joaquín ya se encuentran bajo la protección de la DEA, viviendo en las sombras, esperando el desenlace de esta historia de traiciones. La audiencia del miércoles será, quizás, la última vez que veamos al "Ratón" bajo los reflectores. A partir de entonces, su voz se escuchará solo en los oscuros pasillos de la justicia estadounidense, cantando las verdades y las mentiras que conoce sobre el Cártel de Sinaloa, el Cártel de Jalisco Nueva Generación y la putrefacta red de corrupción que se extiende por las instituciones mexicanas.

Ovidio no es la joya de la corona, no es el tesoro que la DEA anhela. Pero es la llave que abre la primera puerta, el primer paso en la estrategia para desmantelar el imperio del Chapo. La verdadera bomba de tiempo, el arsenal de información que podría cambiar el juego, reside en Ismael "El Mayo" Zambada García. Los fiscales estadounidenses trabajan con la precisión de un relojero en un posible acuerdo con este capo legendario. Sus declaraciones serían oro molido, la revelación de los secretos más oscuros del narcotráfico y la corrupción que ha corroído a México durante décadas.

Muchas cabezas rodarían si "El Mayo" decide hablar. El miedo se extiende como una plaga entre aquellos que se beneficiaron de su poder, entre los que se enriquecieron a la sombra de su imperio. La DEA, con la información de Ovidio y la posible colaboración de "El Mayo", tendría en sus manos el armamento necesario para librar una guerra que, hasta ahora, parece estar perdiendo. El "Ratón" dispara el primer tiro, una bala pequeña pero significativa. "El Mayo", si decide hablar, desatará la tormenta. El futuro del narcotráfico en México pende de un hilo, un hilo tejido con traición y ambición.

Fuente: El Heraldo de México