
7 de julio de 2025 a las 09:10
Protege tu negocio: evita el lavado
La sombra del lavado de dinero ha perseguido al sistema financiero global durante décadas, un fantasma que se adapta y muta para eludir los controles. México, en la mira internacional por su vulnerabilidad ante este delito, da un paso al frente con una ambiciosa reforma a su marco legal. ¿Se trata de una verdadera muralla contra el flujo de capitales ilícitos o de una fachada que oculta debilidades estructurales?
La inclusión de las Personas Políticamente Expuestas (PEP) en la legislación es, sin duda, un avance crucial. Imaginemos una red invisible que conecta a funcionarios, exfuncionarios y sus allegados, sometidos ahora a un escrutinio más riguroso. Este foco de atención, alineado con estándares internacionales, busca desentrañar las intrincadas tramas que utilizan para ocultar fortunas mal habidas. Ya no bastará con la opacidad de los paraísos fiscales o la complejidad de las estructuras societarias. La lupa se posa sobre quienes ostentan el poder, obligando a las instituciones financieras a extremar precauciones.
La definición más precisa del "beneficiario controlador" es otra pieza clave en este rompecabezas. Descorrer el velo corporativo, identificar a los verdaderos dueños del dinero, se convierte en una tarea primordial. ¿Quiénes se esconden detrás de fideicomisos opacos y empresas fachada? La reforma exige respuestas, obligando a desentrañar las complejas redes de propiedad que se utilizan para lavar dinero proveniente del narcotráfico, la corrupción y otros delitos. El objetivo es claro: seguir la ruta del dinero hasta su origen, sin importar cuántas capas de ocultamiento se interpongan.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) emerge como un actor central, con facultades ampliadas que rozan lo polémico. La capacidad de congelar cuentas sin orden judicial previa, el acceso directo a información fiscal, bancaria e incluso biométrica, le otorgan un poder sin precedentes. ¿Se trata de una herramienta necesaria para combatir la delincuencia o de una amenaza a las garantías individuales? El debate está abierto. La UIF se convierte en un guardián vigilante, con el poder de intervenir en las finanzas de cualquier persona o entidad bajo sospecha. La línea entre la protección del sistema y el abuso de poder se vuelve peligrosamente delgada.
La extensión de las obligaciones de reporte a sectores como el inmobiliario, los asesores jurídicos y los proveedores de activos virtuales amplía el cerco contra el lavado de dinero. Sin embargo, impone nuevas cargas regulatorias a sectores que, en muchos casos, carecen de la infraestructura necesaria para cumplirlas. ¿Se ahogará la innovación bajo el peso de la burocracia? ¿Se convertirá en una barrera de entrada para pequeñas y medianas empresas? El reto es encontrar un equilibrio entre la seguridad y el dinamismo económico.
La omisión del financiamiento al terrorismo en la reforma es, quizás, el punto más controvertido. En un contexto global donde el terrorismo se financia a través de redes criminales cada vez más sofisticadas, la decisión de México de excluir este elemento resulta, cuanto menos, paradójica. Mientras Estados Unidos señala a cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y sanciona a instituciones financieras por facilitar sus operaciones, México parece mirar hacia otro lado. ¿Se trata de una estrategia deliberada o de una omisión inexplicable? La sombra de la duda se cierne sobre la verdadera efectividad de la reforma.
La implementación será la prueba de fuego. De nada servirán las leyes más robustas si no se aplican con rigor y transparencia. La lucha contra el lavado de dinero requiere no solo de un marco legal sólido, sino también de inteligencia financiera, capacitación y coordinación interinstitucional. El reto es enorme, y el mundo observa con atención. ¿Logrará México blindar su sistema financiero o se quedará a medias, permitiendo que el dinero sucio siga fluyendo por sus venas?
Fuente: El Heraldo de México